“Afasia (əˈfeɪʒə) livecinema es una metáfora audiovisual sobre la dificultad para articular y entender mensajes hablados y escritos en personas con Afasia de Broca, discapacidad adquirida por lesiones cerebrales”.
En un presente donde el límite entre lo virtual y lo real se desdibuja, donde la comunicación se ha vuelto algo tan necesario para no caer en un ensimismamiento perpetuo, me parece necesario reconocer las formas de expresión que superan el lenguaje verbal: hablar sin hablar. Sandra Real –o por su nombre artístico, “Chana”– propone éste y otros conceptos de suma importancia en el proyecto audiovisual que ha llevado a cabo junto con Fabián Ávila, “Afasia Live Cinema”. Sandra, comunicadora visual con especialidad en multimedia, ha experimentado principalmente con conceptos como el VJing, video mapping y, por supuesto, live cinema; todos éstos giran en torno a la experimentación audiovisual y composición de obras virtuales en vivo. Por su lado, Fabián es licenciado en psicología con una maestría en música, y actualmente se dedica a la producción e investigación en torno a las artes sonoras.
El proyecto surge como una narrativa autobiográfica de Chana, quien hace unos años sufrió un accidente cerebrovascular que provocó varias lesiones cerebrales, así como una afasia transitoria, condición a partir de la cual la persona afectada pierde la capacidad de ordenar los pensamientos y la emisión de palabras o conceptos; en sus palabras: “Durante el periodo de recuperación me di cuenta de que literalmente estaba fragmentada. Como que todo estaba desorientado, no coordinaba la emoción con el pensamiento, con las ideas”. En ese lapso después del accidente, ella nunca se dio cuenta ni tuvo un diagnóstico de afasia; fue años después que descubrió lo que le había pasado, tuvo cierta tranquilidad al poder nombrar la sensación que nos describe. Es entonces cuando comienza a desarrollar actividades alrededor de la afasia en conjunto con sus habilidades artísticas, hasta que finalmente llega a “Afasia Live Cinema”.
Este proyecto en particular pretende ser una representación sensorial –o, como ellos le llaman, una “metáfora audiovisual”– de lo que fue para ella una experiencia frustrante y desconcertante, pero que ahora, con el tiempo, ha logrado comprender y desea compartir. Con ayuda de una serie de técnicas digitales, Sandra y Fabián (visual y audio, respectivamente) dialogan en un performance en vivo con audios o proyecciones de palabras que a ella se le dificultaban durante su rehabilitación, así como con descripciones del proyecto; todas éstas se muestran distorsionadas, traducidas, cortadas, etc. Chana declara que la idea es:
[…] demostrar que puedes entender qué es lo que te dice alguien sólo poniendo atención. Todas las palabras están ahí, sólo que están desordenadas; pero si pones atención y vas juntando los fragmentos... en ese orden, en ese caos, puedes entender. En ese caos también hay belleza. […] Otra reflexión que yo hago es normalizar todas las posibilidades de ser: los procesos híbridos son parte de la naturaleza, pero estamos muy acostumbrados, nos encanta encasillar porque creemos que así entendemos cómo funciona el mundo y cómo nos podemos relacionar. En realidad, lo único que hacemos es fragmentarnos más y separarnos. Entonces, “Afasia” es aventar todo este caos, pero de una manera más lúdica y más agradable.
El resultado es una experiencia completamente inmersiva que logra proyectar –literal y figuradamente– una serie de sensaciones que transmiten una historia desde la vivencia personal, pero que se vuelve algo compartido. Como mencionaba antes, en estos eventos no sólo son protagonistas los artistas o la obra en sí, sino que es sumamente importante el público así como el espacio en el que se lleva a cabo el performance. Al ser una obra pensada para interpretarse en vivo, ninguna presentación sucede de la misma manera; me parece interesantísimo pensar cómo absolutamente todo puede influir: las posibles texturas que se pueden generar con las imágenes proyectadas en el espacio, la emocionalidad que transmite el público, e incluso el humor en el que llegaran a estar estos dos artistas.
Así, a veces podemos percibir la metáfora como los momentos de mayor desesperación de una persona que no puede transmitir verbalmente sus pensamientos, pero también escuchamos a veces cansancio, esperanza, optimismo, entre muchas otras. Por esto mismo, me platicaba Chana, en algunas invitaciones donde han tenido que presentar la obra de manera virtual, se ha perdido un poco toda esta mezcla de situaciones que conllevan en el todo que resulta “Afasia”; sin embargo, en vez de cerrarse a esa posibilidad de presentación, están buscando maneras de poder provocar el mismo efecto en el espectador, tanto a la distancia como en la presencia.
El 28 de junio se celebra el Día Mundial de la Afasia, y me parece que todavía hay bastante que hacer para nombrar y reconocer en cuanto a las distintas condiciones neurológicas. Tal vez un buen lugar sería informarnos y poder valorar que las posibles situaciones físicas —a las que, además, cualquiera se puede enfrentar— no son impedimento para expresarnos por otros medios, y creo que ahí yace gran parte del valor del arte. Yo conocí este proyecto y muchos otros gracias a la labor de proyectos como DCA Artistas y Poetas, dedicados a la difusión de arte en todas sus expresiones de personas que han sufrido algún daño cerebral adquirido; gracias a estas plataformas, y a las personas que buscan expresarse, podemos ir creando más conciencia, valorar a las personas más allá de su condición, como decía Chana. La afasia representa parte de su vida por los lugares a los que la ha llevado y los aprendizajes obtenidos a partir de ella, mas no la representa por completo.
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