Breve preámbulo
El último semestre de secundaria, mi último semestre en el suizo, toqué la batería para Último Minuto, la primera banda de Andrés. Desde entonces Andrés y yo hemos estado, en total, en seis escuelas y/o universidades y hemos vivido en tres países, a veces coincidiendo y a veces no. En ese mismo transcurso, siete años desde el debut y despedida de Último Minuto en el Rola tu Rola de Six Flags 2013, lo he visto cagarla una que otra vez y él me ha visto cagarla muchísimo, conocí (aunque muy poco) a la inspiración de Trip(tico) y le he hablado desde el otro lado del mundo, hasta el huevo, para contarle de la primera vez que vi a un canguro. Me ha tocado de primera mano su crecimiento como artista, me ha sorprendido en cada concierto al que he ido, le conseguí su primera (y segunda) entrevista, me prestó (él diría que le robé) su bajo durante un año para sacar las canciones de Metronomy y me robé (ese sí me robé) el suéter azul de rayas con el que sale en la portada de su primer EP.
Ganamos un trofeo en un cuadrangular al que llegamos como colados y nos hemos acostumbrado a perder semanalmente los sábados en las mañanas. Íbamos los martes a su club a echar las retas y nos gustaba la misma niña (algo que se repetiría y que, hasta el día de hoy, se sigue repitiendo). Lo vi dolido cuando me salí del Colegio Suizo y me dolió cuando se fue a Italia. Estuve cuando regresó, cuando le dio la depre por extrañar su vida en Italia, y cuando la fue superando a través de la música. Él me vio pasar de querer ser abogado a lo que sea que quiero ser ahorita (que quién sabe qué chingados sea, pero definitivamente no seré abogado). Hace siete meses, justo cuando fui a Nueva York durante seis semanas, él estuvo en México y casi casi tan pronto regresé él se fue a Nueva York. Me ha contado cosas que me llevaré a la tumba y le he contado cosas que seguramente media ciudad sabe, pero a él se las conté. Nos conocemos desde hace una década y hemos vivido, juntos y por separado, muchísimas historias de todos los géneros y de todos los colores. Nuestras vidas han cambiado bastante y lo seguirán haciendo, y nosotros igual, pero hay algo que se ha mantenido constante, que no ha cambiado desde el 2010 hasta hoy y que honestamente creo que nunca cambiará: Andrés me la pela en Fifa.
Acerca de Andrés
Andrés Pérez Volkov, mejor conocido como Andrés Volkov, es un futbolista fracasado cuya carrera nunca terminó de despegar y que, a los casi 23 años, se enfrenta a la cruel realidad de que probablemente nunca lo haga. Hace unos años, destrozado ante el inminente fracaso de su carrera como futbolista, buscó consuelo en la música. Fue sensato y decidió enfocarse lo más que pudiera en este nuevo amor. Actualmente vive en Nueva York donde estudia canto de jazz y antropología, carreras nobles sin duda alguna, pero quien lo conoce de verdad sabe que son poco más que una distracción, una tenue pantalla de su verdadera pasión. A pesar de eso Andrés consiguió, en su más reciente visita a México, una entrevista con un grupo de atractivos, inteligentes y supremamente cosmopolitas escritores de una importantísima revista musical.
Entrevista
Con la excusa de “darse a conocer como artista” Andrés engatuzó a los entrevistadores para hacerles creer que el propósito de la entrevista era el de tener una plataforma donde pudiera hablar de su más reciente EP, su carrera musical y sus proyectos futuros. Lo que Andrés no sabía, sin embargo, era que uno de los entrevistadores, su servidor, conocía de antemano sobre su insignificante paso por el mundo del fútbol, por lo que llegó plenamente preparado a la entrevista. Por ejemplo, Andrés no escondía su amor por el artista indie Marc Rebillet, y cuando se le preguntó por él, respondió:
AR:¿Qué sientes cuando te menciono a Marc Rebillet?
AV: Puta. Joel Huiqui dios.
Nótese, primero, el lenguaje soez y, segundo, la comparación con el legendario futbolista Joel Huiqui. Eso sin mencionar la blasfemia a nuestro Señor. Terrible. El injurioso continúa.
AV: La neta es que es un cabrón que es muy… único. Es alguien que baila frente a una cámara tocando loops. Lo veía al principio como algo de comedia. Me encanta la música de comedia: Tenacious D, Flight of the Concords, the Lonely Island. Con este bato sentí que era algo así pero un poco más electrónico [...].Lo que me gusta de Marc Rebillet es que es él. Hablando el otro día con mi hermana decíamos que lo que hizo a Freddy Mercury tan grande es que era él. Es medio cursi decirlo pero pues Freddy Mercury era un bato que hacía lo que se le daba la puta gana. De Marc lo que vi es eso. Pinche bato loco que está bailando porque quiere bailar porque está muy chida la música, que además es muy talentoso. En una entrevista suya escuché que tenía un trabajo de oficina y dijo: “ah pus lo dejo pa’ hacer loops en Youtube”. Algunas personas hacen eso ya cuando ven que les está yendo bien. Este bato no. Él dejó su trabajo a ver si pegaba y pegó. Me ayudó a animarme a sacar cosas más cagadas sin dejar de sentirme como un artista “serio”. En el video de “You were there” hay comentarios que dicen que ahí se ve que es un artista serio, pero no, siempre fue un artista serio, sólo que hace lo que se le da la puta gana.”
Una disculpa al lector por el lenguaje, pero una advertencia a que se vaya acostumbrando. Para hacer evidente el engaño se le hizo una pregunta, aparentemente muy simple, pero que escondía una trampa.
AR:¿Qué prefieres: una gira con Marc Rebillet, tipo gira por Europa tres meses, o que México gane el mundial?
AV: (inmediatamente) Que México gane el mundial.
AR: ¿Que México gane el mundial?
AV: Creo que sí we. 2026: “El Cuau” es presidente y “El Chucky” Lozano se lesiona al minuto 115. Llaman al presidente “Cuau” para que cobre el penalti en la final contra Estados Unidos.
¿Éste es su ídolo, futuros trovadores y músicos mexicanos? Siendo invadido por el espíritu de las segundas oportunidades le hicimos otra pregunta, una más directa, que apelara a su lado emocional.
AR: Puedes revivir uno de estos momentos de tu vida, el gol del chucky contra Alemania o el primer concierto donde tocaste las rolas que has escrito.
AV: Es que nunca he sentido tanta euforia como cuando “El Chucky” metió el gol, o sea, me puse a chillar, a cargar gente [...].Y el concierto... o sea, fue muy bonito, pero no hubo esa euforia. No te lo cambio por el gol. En el primer concierto estaba nervioso, no me acuerdo de todos los detalles. En el gol del chucky te puedo decir qué pasó todo ese día. Mi memoria se puso al tirísimo. Julian Brandt, tres pinches travesaños, nos iba a acabar. Y te consta we, yo estuve durante años diciendo que México le podía ganar a Alemania, era el único bato en el país que decía que podíamos.
A mí no me consta absolutamente nada. Antes de la entrevista nunca había hablado con este personaje y, una vez más, hizo evidente su verdadera pasión. Pero pues para seguirle el jueguito ese de la música le hicimos preguntas sobre su trayectoria, intentando con todas nuestras fuerzas mantener el temple, el profesionalismo que tanto nos caracteriza. Le pedimos que eligiera una de las canciones que ha compuesto que creyera que mejor lo representaba. Repito, le pedimos que eligiera UNA canción que lo representara.
M:¿Cuál dirías que sería una canción que pondrías como carta de presentación?
AR: Sólo una.
AV: Siento que tengo como dos caras. Una es como canciones más lindas, que le meto trabajo a las letras e intento que sean como juguetonas y bonitas, y otras que son más experimentales. Del lado lindo pondría “Con cuidadito” o “Flores”, que la pienso sacar en marzo. Y del otro lado sería “Conflicto de interés” o “Ciclo infinito”.
AR: Mencionaste como seis rolas.
Una disculpa, no pude contenerme y tuve que comentarle que no había cumplido con la condición. Técnicamente no mencionó seis rolas, mencionó cuatro. No estamos intentando exponer al entrevistado pero es que el entrevistado se expone solito. El colmo llegó cuando, acorralado por nuestra insistencia, respondió como se le había pedido a la pregunta.
M: ¡Solo una! De que cierras los ojos y piensas… ¡ésta!.
AV: Girasoles.
Para recapitular, la canción que lo representa es “Con Cuidadito” y “Flores”, y “Conflicto de interés” y “Ciclo infinito”, y “Girasoles”. Algunos dirían que es un hombre de muchos matices otros dirían que de muchas caras. Dejamos que el lector cree su propio juicio. Sobre su respuesta, dijo:
AV: La cosa es que girasoles tiene todo lo que debe tener una canción para mí. Tiene una
anécdota, porque extrañaba a mi hermana y ella estaba triste y me mandó una foto de un
graffiti. Me gusta ponerme retos de composición y hacer canciones. No me gusta mucho la
música de Ed Sheeran pero le respeto mucho que dice que sólo hagas canciones, sin miedo. Unas van a estar chidas, otras no tanto, pero tú hazlas. Girasoles, la versión de estudio está medio funky tipo indie, lo que escuchaba en la prepa, tiene una cosa groovy, un solito de guitarra, una letra cursi pero medio dark porque se muere el girasol. En general uso muchos colores en mis canciones, quién sabe por qué porque soy daltónico. Tiene un poco de todo esa canción. A la gente que le gusta, girasoles le suele satisfacer mucho, tiene metáforas. No sé, me gusta mucho.
Pero algo extraño sucedió cuando se tocó el tema de los loops y de sacar canciones. Hablando de esto y del streaming, hubo un peculiar brillo en los ojos de Andrés, como si tal vez la música no fuera esta amante secundaria. Algo en la combinación de temas, entre Marc Rebillet y Joel Huiqui, sacó de él una respuesta genuinamente interesante;
AV: Muchas de las personas que admiro mucho, como Marc Rebillet, usan loops y me parecen divertidísimos [...]. En NY vivo muy lejos de la escuela y ahí hay una computadora con la que juego con los beats, ahorita que regrese pienso que hasta podría sacar algunas de estas canciones. Pienso que se debería perder el respeto a Spotify.
AR: ¿El respeto?
AV: Como el respeto a sacar cosas.
AR: ¿Perderle el respeto o el miedo?
AV: Ambas. Muchas de las cosas que tienen éxito son batos que se graban cantando. Yo
pensaba que no quería poner algo en Spotify hasta que sonara muy chingón. Por ejemplo, “Con cuidadito” es una canción con mucha producción, tiene como doce instrumentos distintos o la de “Girasoles”, pero la de girasoles acústico la grabé en mi cuarto. [...] nadie en mi familia es músico pero muchos son médicos o están en campos de mucha investigación y algo que dicen es que una idea no existe si no la publicas, y es lo mismo con las canciones... creo en sacar y sacar y sacar cosas. Si haces una canción y no puedes grabarla con una orquesta pero tienes una versión con guitarra, grábala con tu pinche celular y, si te la aprueba spotify, sácala.
A pesar de todo no queda más que agradecerle a Andrés por su tiempo y por su honestidad. Porque eso sí, si hay algo que no se le puede reclamar a Andrés, de todo lo que se le puede, y se le ha reclamado, es su absoluta honestidad. Desde la pregunta más banal sobre la música hasta las que se tomó más en serio nunca dijo nada que no fuera cierto, que no lo sintiera en el alma. Es claro que su amor por la música, aunque menor que por el fútbol, es genuino. Su corazón es mitad balón mitad clave de sol (O tal vez 60-40), y si sigue tratando su música con la misma genuinidad con la que la ha tratado hasta ahora, y con la que trató la entrevista, no me cabe duda que, a pesar de su deleznable vocabulario, Andrés tiene un gran futuro por delante (o al menos eso esperamos, porque lo del fútbol ya no se armó).
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