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El cielo es viejo y de agua triste



/Félicia Atkinson: The Flower and The Vessel./


Hay veces que escuchar música es dialogar con ella, casi como si las pistas fueran respondiendo a los pensamientos. Eso me pasa con la música de Félicia Atkinson. En 2019 sacó un álbum titulado The Flower and The Vessel. Este texto sigue nuestra conversación…


Track 1:

L’après midi


Aunque la lucha es una, las trincheras son infinitas.


Actuar de acuerdo con mi postura me deja en la amargura.

Navegar con la misma dureza de la lejanía: un caso cercano me revuelca por las noches.

No debo explicarle mis decisiones a nadie más que a mí, pero a veces la decisión hace que mi trinchera se ahogue en tristeza.

A esto he(mos) tenido que llegar. A ver las cronologías. A d i s e m i n a r .


Track 4:

Un Ovale Vert


Supongo que lo que buscaba con dejarlo hablar por él mismo era darle un espacio, una oportunidad.


Durante semanas sentí mucho enojo.

Debía enfrentarme a eso.

A decidir.

No entiendo del todo esto del poder. Siempre es duro leer las denuncias, es fácil reconocer parte de una en el dolor de la otra. Sí, ha pasado el tiempo, pero a veces no significa nada y a veces lo significa todo. ¿Seré demasiado comprensiva?, ¿permisiva?, ¿habrá otra forma de ejercerme?



Track 5:

You have to have eyes.


Camina hacia el lado opuesto de él.

El agujero en la pared es innegable.

Su temperamento, también.


You have to have eyes.


Muchos amores, muchas ruinas.

La misma mañana de querer mejorar al otro.


You xAVE to XAVE eyes.


La h es muda.

Todas hablábamos con h’s.


to HAVe eyes to have eyes.


¿Por qué seguían ahí?


You have to


Él se sabe la canción de cuna.


have eyes.


Sólo llegó e incendió nuestra casa. Caímos.


Track 6:

Linguistics of Atoms


Es algo obvio, es de climas: si llueve, uno abre un paraguas y mira hacia abajo para intentar distinguir por dónde pasa. La calle como un campo minado. En cada charco uno se enloda más, se entierra, se hunde.

Pero se da el paso porque se quiere llegar a casa.

Se atora y

él se

cae.


Y la cama es rueda de la fortuna. Vómito seco sobre el techo, los oídos descansan en el tocador. La boca se sigue moviendo, está colérica. El puño siente la repetición del golpe desde cada ángulo. El cuerpo resiente el miedo del otro cuerpo.

La habitación es agujero negro de los años pasados.

Se amaba ese espacio, se creía hogar.

El calor era mutuo, intercambiable entre hombre y mujer. Se dormían en una posición casi perfecta, se despertaban a comer la misma cosa, con los mismos platos y vasos. Juntos hasta que él se subió al metro primero, y ella sintió que el viento la abandonaba.

Hasta que ella llegó, de repente, a otro estado.


Por largos años fue horrible como pareja. Aunque, ¿qué involucra esto? ¿Cuáles son los estándares? ¿Existe sólo el valor para irse y la cobardía de quedarse? ¿El desengaño presentado en un post de Facebook, la primera bofetada de deconstrucción, ganarse un espacio, creer que es una trampa, un haber sido lanzado hacia los lobos, y entonces se llega a otra esquina recriminando la decisión que (un) ella tomó? ¿Qué existe entre los dos?


Pudieron haber sido mil y una conversaciones las que tuvieron.



Ella durmió poco durante el viaje. Quería llegar a la caseta, escuchar la reacción.

La preocupación cubría las ventanas. La llamada duró poco. El regreso fue eterno.

No importa qué pasó en el intermedio, les pertenece a ustedes.

Podría inventarme algo: un llanto descontrolado, sesiones de terapia, rodillas reclinadas en una iglesia, una comezón imparable en tu antebrazo izquierdo, un florero lleno de humedad y susurros.

Sólo sé que me llegó a madrazos.

De la cara triste, del aire revoloteando por los hechos, la equívoca enunciación de las palabras y la predisposición de la escucha.


Quizá te hayas pensado menos libre, juzgado, siempre a la defensiva, obligado a agachar la cabeza.

En realidad, no lo sé. Sólo sé de mi sentir.

Esto me duele.

Lo de los dos.

Lo he vivido.

Pero, en lo tuyo, soy ajena.




Track 9:

Open/ouvre

Pasos para reparar un florero:


Entiendes las rupturas.

Tallas las partes puntiagudas, se debe evitar la sangre.

Le escupes.

Lo colocas en la entrada para que la gente se detenga a señalar aquello que no funciona.

Se deja el florero solo.

Que entienda por su cuenta la ruptura.

Lo dejas solo.

Que el sol derrita las ranuras.

Te vas.

El mundo no necesita floreros.

Necesita bosques.

Lo olvidas.

Florecillas que se cubren de polvo.

Es más sencillo que se den al aire libre.

Regresas a casa por tus cosas.

Te vas.


¿amigos?




Track 11:

Des pierres


Es algo obvio

Pero no lo es.

Es lo justo

Pero no lo es.

Es necesario

Es algo de climas

si llueve

uno abre su paraguas


Es porque llevamos mucho tiempo calladas.

(¿) Qué nos toca silenciar (?)


No estuvo bien lo que hizo.

¿Estuvo bien lo que yo tuve que hacer?


Se da el paso porque se quiere llegar a casa,

pero duele

y una se cae.



(Hay una canción de Y La Bamba titulada Entre los dos. Su letra es una despedida que, más bien, es una dolorosa retirada. De sus tres minutos y medio hay una pequeña línea que le da título a este texto).


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