El demonio dormido del angst adolescente
A más de 20 años de de su primer disco, blink-182 regresa a las listas de música internacional con su nuevo álbum, Nine. Aunque de pronto resulta hasta cómico imaginar a hombres adultos con años y años de carrera tocando canciones de rock-pop, no podemos negar que el gusanito de la música punk rebelde es algo que se encuentra dormitando dentro de muchos de nosotros.
Existen bandas que con el paso de los años se han consolidado como eminencias del rock o de sus géneros derivados, y es que nadie dudaría nunca de la capacidad de bandas como The Rolling Stones o Red Hot Chili Peppers para llenar estadios en cualquier parte del mundo. Ejemplos más recientes de esta popularidad pueden serlo The Killers o Artic Monkeys. Pero ¿se han dado cuenta que es más difícil encontrar representantes de la escena emo-punk entre estos gigantes de la industria?
En parte, esta escasez de exponentes emo-punk deriva del hecho de que el género pertenece a una etapa que hemos dejado atrás en nuestras vidas y que, junto con nuestra adolescencia, forma parte de una juventud efímera. Entonces, cuando de pronto las bandas de esta escena cambian y evolucionan, decimos que ya no son lo mismo, que no suenan como antes. Estas opiniones corresponden, a mi parecer, a una audiencia bastante incongruente. Es innegable que blink-182 no suena a lo mismo desde la partida de Tom Delonge; eso todos lo sabemos y no tiene caso intentar negarlo. Pero como si fuéramos en la escuela y nos pusieran a escribir planas: “El nuevo sonido de blink-182 también puede ser muy bueno”.
Nine es una producción que, como su portada, podríamos decir que es muy colorida. El albúm completo se mueve en el espectro del rock-pop y, en realidad, por muy pocos momentos y en muy pocas canciones suena punk. Sin embargo, dentro del género al que pertenece, es una sorpresa agradable por parte de los californianos. Un sonido clásico lleno de pequeños detalles y arreglos que le dan una modernidad a una banda que lleva sonando ya varios años. Canciones rápidas y cortas como toda buena banda punk debe tener, baladas románticas y de corazones rotos, y una que otra llena de sonidos electrónicos y sintetizadores que representan una nueva dirección para la banda.
Matt Skiba, guitarrista y encargado de los coros, es como un diamante en bruto que alguien no quiere explotar al cien por ciento; es la viva imagen de lo que sucede por momentos con esta nueva producción de blink-182. Varias canciones del álbum suenan a una banda que está descubriendo un nuevo sonido, pero que se restringe a sí misma por alguna razón. Creo yo, que es la inevitable comparación con Delonge lo que ha detenido a la banda de permitir que Skiba libere todo su potencial. No tienen que sonar igual, esa es la idea de un cambio de vocalista. No sonar igual, sonar bien.
No obstante, existen también varios pasajes del disco que nos dejan ver sus verdaderos colores, la esencia de una banda que definió a una generación de adolescentes incomprendidos. Canciones como “Darkside” y “I Really Wish I Hated You”, nos dan una refrescante bocanada de esperanza, nos hacen creer que en un mundo como el de hoy, musicalmente hablando, aún hay un espacio para que el rock-pop florezca. Por supuesto que suenan similar al rock pop de principios de los 2000s, a fin de cuentas, son los mismos músicos los que están haciendo la música. Pero es un rock pop hecho con elementos del rock de está década y el pop de esta década. Misma fórmula, nuevos acercamientos, y por tanto, resultados que se oyen agradablemente similares, pero con el suficiente toque de innovación para dejarnos queriendo escuchar más.
No cabe duda que depende del criterio de cada quien disfrutar este nuevo álbum de blink-182. De lo que podemos estar seguros es de que el disco representa un paso en la dirección correcta por parte de la banda, puesto que concentran sus esfuerzos en desarrollar un nuevo sonido, una reinvención musical que apunte a despertar ese demonio skate-emo-rebelde que todos, aunque un poco dormido y olvidado, albergamos en nuestro ser.
No es necesario sonar igual veinte años seguidos; si uno quiere renovarse es de suma importancia dar el paso completo hacia la exploración sonora. Tal parece que tendremos que seguir muy de cerca la trayectoria de la agrupación californiana, con el afán de observar su posible consolidación y presenciar un eventual resurgimiento de la escena del rock-pop en ojo de los medios. Por lo pronto, digamos que Nine fue dos pasos para adelante y uno para atrás por parte del rock-pop.
Canciones favoritas: "I Really Wish I Hated You", "On Some Emo Shit", "Hungover You"
Menos preferidas: "Heaven", "Ransom", "Pin the Grenade"
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