My Chemical Romance // Danger Days: The True Lives of the Fabulous Killjoys (2010)
por Luis Casillas
Qué equivocados estábamos. Qué malagradecidos fuimos. El último disco de los gigantes emo, de los padres de la trinidad, de los reyes de la escena. Si bien veníamos de The Black Parade, la cual es una ópera rock que pocas veces hemos visto en la historia, pareciera que nadie supo apreciar la grandeza de Danger Days en su momento. Y hoy, poco más de 9 años después de su lanzamiento, después de escuchar en vivo los éxitos de este álbum, y cómo la gente los corea, queda muy clara la explicación: Danger Days fue un álbum muy adelantado a su época. Demasiado. El lore detrás del disco, los sonidos de sintetizador, ese rock tan rebelde que de pronto sonaba a rock & roll clásico; 2010 no estaba listo para un disco de esta talla. Sin embargo no podemos mirar para atrás y aceptar lo equivocados que estábamos. Uno de los mejores de la década sin duda alguna.
Everything Everything // Man Alive (2010)
por Alex Ramírez
Ganándole por muy poco a Get to Heaven del 2015, el primer disco del grupo inglés Everything Everything es la mezcla perfecta entre art-rock, art-pop, y otro art por ahí. El álbum tiene una peculiar forma de abordar muchos de los temas clave en el discurso sociopolítico contemporáneo, pero lo hace de una manera tan… cool. Las temáticas que estamos acostumbrados a ver en pesados debates, ya sea políticos o entre insoportables estudiantes universitarios (como yo), son llevadas al terreno de la hospitalaria voz barítona de Jonathan Higgs y lo que comenzó como una tensa discusión sobre las implicaciones de la tecnología y los derechos de las mujeres se convirtió en una afable conversación entre amigos. El sistema educativo, la aniquilación ambiental, los tiroteos en las escuelas, la autoestima y el cuerpo, el choque entre la modernidad, la post modernidad y lo que sea que tengamos ahorita, la pérdida de nuestra humanidad en las grandes ciudades y el mundo cibernético, y el doloroso y siempre cambiante proceso de adultez son algunos de los poco polémicos temas que el disco toca. Todo con una voz que nunca sermonea ni juzga. Definitivamente un disco que, en su mínima, es supremamente disfrutable y llevadero y, en su máxima, es una reflexión sobre nuestra caótica cultura occidental, sin dejar de ser disfrutable y llevadero.
One Direction // Take Me Home (2012)
por Clara Hoffmann de Buen
Sip. One Direction.
No me cuesta admitir el amor que tuve, y de cierta forma mantengo, hacia el antiguo conjunto. Incluso aseguro que si no hubiesen existido, yo no estaría escribiendo sobre música. Me enorgullece admitir que fui fan de ellos desde antes de su primer álbum, Up All Night, o incluso antes del video musical para “What Makes You Beautiful”. Al inicio de la década, encontré un video diary – sí, leyeron bien – de sus días en The X Factor y bum, quedé enamorada. Es por eso que para el momento que publicaron Take Me Home yo estaba más que puesta para amarlo con todo mi corazón y fue mucho más sencillo de lo que pude haber imaginado. Take Me Home incluye “Little Things”, “Rock Me” y “Kiss You”, así como otras canciones infinitamente mejores, pero por alguna razón menos populares como “Over Again”, “Nobody Compares”, “Summer Love”, etc. Admito que me costó trabajo no enlistar el álbum entero porque pienso que todas son excelentes. Es un álbum que genera tremenda nostalgia, regresándome a la mentalidad de una chica de trece años cuyo mayor conflicto era ver a Harry Styles paseando con Taylor Swift por las calles de Nueva York. Aunque mi vida no es así de simple y sencilla ahora, consigo un momentáneo momento de calma y felicidad al cantar “Little Things” a todo pulmón.
Psychedelic Porn Crumpets // High Visceral {Part 1} (2016)
por Bruno Armendáriz
Como única excepción a lo mencionado en mi anterior reseña, Psychedelic Porn Crumpets y, específicamente, su álbum High Visceral {Part 1}, fue una recomendación de YouTube de una banda con nombre disparatado y ocurrente y con miniaturas hipster-psicodélicas que me alegra mucho haber escuchado. Fieles a su nombre, el álbum desborda psicodelia tanto en las letras como en las enérgicas guitarras. El aburrimiento del oyente se dificulta muchísimo por el constante desenfreno instrumental y la contingencia dentro de sus canciones; temas como “Found God in a Tomato” y “…and the Addled Abstraction of Being” rozan las posibilidades del rock progresivo por sus cambios, por sus excesos, por su galácticamente saturada apreciación de lo ridículo y lo absurdo. En High Visceral {Part 1} hay algo de lúdico, grandes cantidades de elaborada antisolemnidad… si tuviera que epitomizar el álbum al estilo de Alex Ramírez, diría que el disco no es más que un chiste astronáutico de mal gusto contado por un alienígena hiperactivo con aspiraciones frustradas de stand-up, pero con una melomanía de admirarse. En otras palabras, chequen el álbum con confianza, sin compromiso, pero háganlo ya.
Protomartyr // Relatives in Descent (2017)
por Mathias Ball Escamilla
Joe Casey, vocalista y líder de la Protomartyr, es una figura peculiar. Mientras que los demás miembros de la banda sí parecen pertenecer en un grupo de post-punk, Casey destaca intensamente: siempre de traje y con lentes oscuros, parece un señor alcohólico, uno que se aparece a la fiesta de cumpleaños de su sobrino un sábado por la mañana no crudo sino todavía borracho, con un cigarro colgando entre sus labios, otro detrás de su oreja y un vaso de plástico rojo lleno de un líquido dudoso en mano. Un hombre así sólo puede ser un visionario, un vidente, un adivino, un profeta. Sus ficciones breves —las cuales entrega a sus oyentes (sus creyentes) con su voz grave, sarcástica, declamando más que cantando— muestran su visión singular de la realidad, retratando sus injusticias, sus incongruencias y su fealdad de forma grotesca gracias a su ingenio mordaz. El resto de la banda hace su mayor esfuerzo, un esfuerzo exitoso, por engrandecer aún más sus historias, creando un espacio sonoro completamente hermético para que se desarrollen sin distracciones para quien se encuentre disfrutando de esta pequeña obra de arte, sin duda el mejor álbum de Protomartyr (aunque para dar crédito a la banda cada nuevo lanzamiento suyo se convierte en su mejor).
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