Artificial Brain / Artificial Brain
En septiembre del 2021, Artificial Brain anunció la partida de su vocalista, Will Smith, en una publicación en la que también compartieron que su tercer álbum ya estaba en el proceso de posproducción. Marcaría el final de una era para la banda, no sólo por perder el gutural extremadamente grave y distintivo de Smith, sino también porque el álbum funge como la conclusión de una mitología postapocalíptica sci-fi desarrollada por él a lo largo de los tres discos del grupo. Por estas razones, parece entonces apropiada la decisión de Artificial Brain de que este álbum portara el mismo nombre que la banda; pero el sexteto se aseguró de hacerle justicia a su propio nombre al presentarnos con el mejor trabajo de su carrera, una obra hipnótica y envolvente en la que explotan los potenciales brutales y exquisitos de su música.
A lo largo de Artificial Brain, la voz de Smith retumba de una forma inhumana, un juggernaut sonoro avanzando de forma imparable. Su entrega lenta y monolítica contrasta de forma maravillosa con el dinamismo de los cinco instrumentistas a su alrededor: a momentos, Keith Abrami golpea sus tambores con furia, creando blast beats apabullantes que rayan con lo caótico, mientras que en otras secciones su batería produce ritmos más complejos y matizados con facilidad; el bajo de Samuel Smith se impone en las profundidades, anclando la procesión musical, para luego subir gloriosamente a las alturas y danzar con gracia en el escenario de la melodía; a este esqueleto rítmico, el tridente guitarrístico de John Locastro, Dan Gargiulo y Oleg Zalman agrega una musculatura firme y flexible, con riffs destructivos que crean el marco tosco dentro del cual pintan un paisaje trágico con acordes, riffs, melodías y armonías retorcidamente hermosos. El conjunto brilla en cada una de las canciones de Artificial Brain, pero “Embalmed With Magma” muestra de forma realmente notable los distintos aspectos de la música del grupo que blanden con maestría: un intro lento que crece instante con instante, seguido de una canción que se transforma incesantemente, pasando de una sección asombrosa a otra, culminando en un final desesperado. —Mathias Ball Escamilla
MUNA - MUNA
Katie Gavin, Josette Maskin y Naomi McPherson han decidido que su tercer álbum de estudio será el definitorio homónimo, ese álbum que usualmente carga con el peso de ser la expresión sonora más exacta de un artista. En este sentido, MUNA no es un álbum que perfeccione una estética o sonoridad sino que consigue, de forma sutil, subvertir una sólida y a veces ignorada discografía con once canciones que indican una exploración extensiva con las que MUNA, la banda, abre su propio camino a un infinito de posibilidades que enriquecerán aún más su carrera.
Si bien, el camino de la banda se acerca a los diez años, a través de la frescura en su música han logrado mantener una expectativa poco rígida que le da fluidez y oportunidad a seguir siendo novedad para algún escucha que busca un sonido pop lo suficientemente alejado de las convenciones tradicionales del género. En este tercer álbum, destacan canciones como "Silk Chiffon", "Home by Now", "Anything but Me", "Loose Garment" y "Shooting Star"; cada parte del álbum se vuelve una experiencia (muy queer) en la cual dejar reposando nuestros dolores y alegrías hasta que, como un buen vino, nos brindan un buen sabor de boca, catártico y sincero, que nos da el espacio perfecto para seguir creciendo. —Er Yáñez
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