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Nuestros álbumes favoritos del 2021

Actualizado: 1 jul 2022

El 2021 resultó ser otro año desafiante. La crisis global parecía renovarse una y otra vez, de modo que la incertidumbre que sentimos desde principios del 2020 se prolongó día con día. Sin embargo, a pesar de todo, hubo quienes lograron reinventarse, aunque fuera acatando las restricciones de una

normalidad distinta a la que alguna vez conocimos. En gran parte de la música que nos fascinó este año también podemos apreciar un proceso de reconstrucción: fueran artistas mujeres que conquistan géneros acaparados por hombres; músicxs consolidadxs que rehacen sus carreras con álbumes disímiles respecto a su discografía anterior; o nuevas figuras que recién se posicionan en la escena, los siguientes álbumes nos cautivaron y reconfortaron; nos acercaron a gente que queremos; ampliaron los límites de nuestra apreciación musical; nos acompañaron en tiempos turbulentos. Esperemos encuentren algo para ustedes en esta lista de nuestros 48 álbumes favoritos del 2021. La lista no sigue un ordenamiento particular, ninguna jerarquización, por lo que debe leerse, más bien, como una serie de recomendaciones. Sin más, esperamos las disfruten.


por Sara Araujo / Bruno Armendáriz / Mathias Ball / Luis Casillas / Luisa De la Concha / Bernardo González / Clara Hoffmann / Alexa Pereda / Alex Ramírez / Ricardo Roa / Mariana Sánchez / Jesús Velázquez / Er Yáñez / Yael Zamora



Happier Than Ever // Billie Eilish

Vivir nuevas etapas siempre deja historias para contar. En Happier Than Ever, Billie nos comparte una antología de historias de amor, desamor y declaraciones sobre su imagen como artista. Si bien su carrera musical se encuentra en un gran momento, esto no ha sido razón para entregar un disco de menor calidad. Con canciones que van de la expresión de vulnerabilidad total hasta la resiliencia y la superación, la cantante expone con claridad su autenticidad musical al confrontar sin tapujos a la sociedad y la cultura actuales. Innovadora y refrescante, esta nueva entrega fusiona armoniosamente la estética visual con la curaduría melódica en una placentera exploración musical.

Cowboy Music // Cerce

“Just like that, we’re back from the dead”, declara Becca Cadalzo en la primera canción del álbum, una declaración que ha sonado trillada en boca de muchos artistas antes que ellxs, pero que Cerce expresa con tal potencia y carácter que se siente como si fuera la primera vez que se pronuncian tales palabras. Por supuesto, también ayuda que el mensaje sea completamente cierto: la banda cruzó el cielo de la escena hardcore de Boston como una estrella fugaz para disolverse después de sólo dos años debido al agotamiento y a algunos problemas relacionados con la salud mental, por lo que sólo se reunieron con motivo de algunos shows de aniversario en 2018. Por lo mismo, cuando Cowboy Music salió a fines de octubre, realmente fue como ver un cadáver volver a la vida. La banda suena como si tuvieran electricidad corriendo por sus venas; Cadalzo merece particularmente los elogios por su increíble y única interpretación vocal, cute pero desquiciada, que caracteriza sus letras sobre la obsesión, la soledad, la depresión, la infidelidad y la frustración general con una cualidad embriagadora y desconcertante. Mezclado por el bajista Zach Weeks junto al legendario Kurt Ballou, el álbum es refrescantemente agresivo y directo, no precisamente clásico o de la vieja escuela, sino absolutamente atemporal.

Unas Vacaciones Raras // Él Mató a un Policía Motorizado

  1. Álbum del 2021.

  2. De la serie Okupas.

  3. Que da esa sensación de agüita que se asoma por entre las narices en estas fechas frías. Sonido de gruta urbana. Ritmo semejante al del tumulto cuando se espera en una estación de metro, ya sea en México o Nueva York o Argentina. Motocicletas arrancando por la Ciudad, perdiéndose en una autopista citadina, de pronto se detienen, los cascos se van y levantan la vista.

  4. Sinónimo de una tarde de colores contaminados. Eco de cláxones. Ese fotograma grisáceo que tendría una cita abstracta que hable de nostalgia.

  5. Noche de los muertos. Ejemplo: Santiago abrazó su mochila sin darse cuenta. El tráfico estaba imposible. Le tomó tres horas llegar a su cuadra. Durmió todo el camino. Al bajarse bostezó. Pasaron cinco minutos. Tomó el camión de regreso.

LP! // JPEGMAFIA

No hay rapero en el mundo que tenga la construcción artística, la vena experimental y la mezcla perfecta de agresividad y ternura que posee Barrington DeVaughn Hendricks, mejor conocido como JPEGMAFIA. No puedo recomendar suficiente su Color Show así como su entrevista en Cambridge Union. Con Veteran del 2018, Peggy se posicionó como uno de los actos más importantes de la compleja escena musical de Baltimore en los últimos años. Su secuela del 19, All My Heroes Are Cornballs, se acercó —mas no superó— lo que había alcanzado con Veteran. No obstante, a lo largo del último año y medio, Jpeg comenzó a lanzar singles que, en un principio, no parecían tener mucha relación entre sí. “BALD”, “TRUST” y el remix de “BALD” con Denzel Curry. Todo esto, aunque bienvenido, parecía más una entrada que un plato fuerte; hasta que, en octubre de este año, organizó la mayoría de esos singles, agregó unos cuantos para darle coherencia al proyecto y publicar uno de los mejores discos del año. Es impresionante que, con el tiempo, más que alejarse de su raíces experimentales y su indescifrable producción, Peggy se ha atrincherado cada vez más, se ha armado hasta los dientes con versos punzantes y momentos extraños que hacen del disco una experiencia incomparable.




Mirrors // DJ Seinfeld

Armand Jakobsson describe la producción de su música como un proceso de “exorcismo emocional”. Sin embargo, su más reciente disco se siente bastante alejado del exorcismo. Sería más adecuado describirlo como un proceso de catarsis dulce. Este disco está hecho para representar escenas idílicas; es decir, para abordar un avión mientras se pone el sol, para ver un atardecer acompañado de tus mejores amigos, o para aceptar la partida de alguien amado con paz, no con rencor. Mediante el uso de efectos electrónicos, la esperanza que proyecta se vuelve casi existencial y me transporta a lugares que en momentos de pánico o miedo me han ayudado muchísimo.

Cada track se siente como una apertura hacia la vulnerabilidad de DJ Seinfeld: en pistas como “Home Calling”, que incluye la grabación de un mensaje de voz, Jakobsson nos invita a habitar los lugares más recónditos de su corazón. Me abstengo de describir este disco como un álbum cursi, porque hacerlo sería llevarlo a una terminología trivial y empalagosa. Al contrario, Mirrors cuenta con un balance musical tan efectivo que su energía suave y agradable nunca lleva al hartazgo. Sin embargo, es innegable que los tonos románticos pueden llevar a audiencias más cínicas a rechazar su obra.

For the First Time // Black Country, New Road

Como si se tratase de una pandemia bíblica, un brote de bandas con ‘sonidos pesados’ ha tenido lugar en el Reino Unido durante los últimos años. Con el mismo caos de las discusiones sobre el Brexit, agrupaciones como Squid, Shame y black midi se hicieron de un nombre a través de su fortaleza, su ruido y su explosividad. Esto último también fue el caso de Black Country, New Road: un septeto que sumaba el violín, el saxofón y el sintetizador a los instrumentos característicos del post-punk para crear una alquimia que no se oía desde el surgimiento de su máximo exponente, Slint.

For the First Time es un complejo entramado de seis piezas. Con paisajes líricos llenos de ansiedad, impotencia, desahogo, todo contado a través del storytelling y la poesía de Isaac Wood. Anímicamente, la maqueta oscila entre momentos de euforia y rupturas emocionales que tocan las fibras más sensibles. El debut de Black Country, New Road sólo refresca la emotividad que puede provocar el post-punk al ser aderezado con jazz e improvisación.

Talk Memory // BADBADNOTGOOD

Hace unos días platicaba con Alex sobre qué género toca BBNG. Él recuerda, incluso con rencor, que la primera vez que me los enseñó aseguró que tocaban una especie de “post-jazz”; cuando por fin puso una canción, me burlé despiadadamente porque para nada me sonó a jazz. Ahora, tras haberlos escuchado más, entiendo el porqué del debate: se trata de una banda que difícilmente se atiene a un solo estilo y que, de hecho, suele experimentar con uno distinto en cada álbum. No obstante, se basa en estructuras de jazz —perdón, Alex—. Con este álbum en particular me permití analizar en qué momentos se acerca y se aleja del género. Me parece que, estructuralmente, hay canciones que innegablemente son jazz, tal es el caso de “Besides April”, “Unfolding (Momentum 73)”, mientras que otras resultan desconcertantes al grado de no saber si es o no, como “Signal From the Noise”. En cuanto a las instrumentaciones, en este álbum creo que el que más sale del estilo es la guitarra (por eso lo rockero), mientras que los teclados y el saxofón solean en un lenguaje bastante reconocible. Podría explayarme, pero el punto es que, con este estilo tan característico, la banda ha dado al blanco con cada nueva publicación.

Little Oblivions / Julien Baker

Little Oblivions es una sólida aventura sonora llena de emociones y vulnerabilidad que destaca en su propio espacio. Tras haber grabado casi todos los instrumentos por su cuenta, Julien Baker propone un proceso creativo que la involucra por completo, logrando que escuchar el álbum sea una experiencia humanizante en relación a Baker pero también, en cuanto a las vivencias del escucha mismx. Durante todo el álbum, la narrativa abre y cierra preguntas como también crea y cauteriza heridas de profundidad diversa; las palabras de Baker no son fáciles de digerir porque llegan directamente, sin filtro alguno. En ese sentido, quizá las historias que Little Oblivions retrata se encuentren muy lejos de nuestras cotidianidades, pero el simple hecho de escuchar lo fantasmagórico y devastador que puede ser un álbum de Julien Baker te obliga a empatizar. Este trabajoexpone la tentativa de Bakerde alcanzar un sonido grande que evoluciona en sus propias manos sin alejarse de su suavidad característica.



Como la Piel // Rita Payés y Elisabeth Roma

Rita Payés es una nueva voz capaz de enchinar tu piel. Ha escalado hasta la cima hispana en poco tiempo gracias a sus cautivadoras letras y un ensamble musical que remite a Caetano Veloso, Omara Portuondo y otros grandes maestros del bolero. Payés lograprovocar nuestros sentidos con esa voz tan tierna y cálida que le caracteriza en este nuevo álbum. La músico catalana nos deleitó alguna vez con interpretaciones de clásicos como “Alfonsina y el Mar” o “Algo Contigo”, donde imprimió su emotivo y aterciopelado estilo vocal; ahora, por primera vez, Rita se encarga de los temas y los arreglos al tiempo que demuestra una enorme aptitud para manufacturar melodías. Rita Payés, con sus escasos 21 años, ha logrado consolidar en este disco bellos temas tanto en español como en catalán, donde intervienen elementos jazzísticos y propios del bolero capaces de alegrar en segundos el ambiente. La joven trombonista y cantante catalana tiene una larga carrera por delante, y es este disco con el que comienza a realizar grandes cosechas en el mundo musical.

Bright Green Field // Squid

Si quieres escuchar sonidos existenciales mientras tu cordura se ve amenazada y tus concepciones musicales son llevadas al paroxismo, entonces no dudes en oír Bright Green Field, de Squid. Si aún no estás seguro de qué pasará cuando lo hagas, he aquí una serie de imágenes descriptivas que te pueden ayudar a entenderlo mejor:

  • Un túnel metálico vibrante y un coche que se cae a pedazos.

  • Sensaciones no placenteras, pero adictivas de alguna manera inexplicable.

  • Ecos y gritos a la distancia (¿son orgásmicos o alguien está muriendo?) No importa.

  • Terror no digerido como terror, sino como curiosidad y desesperación.

  • ¿Control existencial? “I’m my own narrator”.

  • Excitación entendida como dolor, o dolor entendido como excitación.

  • Tierras ajenas, tierras inamovibles e inhumanas.

  • “And there are things you’ll never know”.

Lo único que le falta a este álbum es una advertencia al principio que diga “Entre bajo su propio riesgo”.

An Overview on Phenomenal Nature // Cassandra Jenkins

En su segundo álbum, Cassandra Jenkins amplía su paleta sonora al entremezclar elementos del folk, el rock, el jazz y la música ambiental. Sobre esta base musical, Jenkins reflexiona sobre la mutabilidad de los seres humanos, las propiedades curativas de la naturaleza y el atractivo de la gente desconocida; sus palabras están cargadas de una condición maravillosa que las torna encantadoras. El resultado es una experiencia que es disfrutable superficialmente y gratificante si unx elige sumergirse en él: entre saxofones revoloteantes y sintetizadores solemnes, yacen momentos conmovedores de belleza y sabiduría. Al igual que la escultora india Mirnilani Mukherjee —cuya retrospectiva Phenomenal Nature inspiró el título del álbum y da lugar a la introspección de la magnífica “Hard Drive” (una de las mejores canciones del año)— Cassandra Jenkins labra su arte con gentileza al elaborar una obra muy concreta inspirada en lo abstracto de la naturaleza.

30 // Adele

En esta revista hay ahora dos álbumes de Adele incluidos en los tops que hemos realizado cada año. Los astros se alinearon, Adele nos bendijo este año con su cuarto disco y vaya que han valido la pena los seis años de espera. 30 muestra a una Adele renovada en todos los sentidos, desde la voz hasta los temas en sus letras (sobre esto podría escribir todo un artículo, y planeo hacerlo todavía, pero, básicamente, admiro la valentía de proponer un nuevo discurso en torno al amor). Sin embargo, es reconfortante reconocer su versión de los viejos tiempos en el estilo, los coros, los acompañamientos de piano, el timbre (yo no soy cantante; sé que algo cambió muchísimo en su voz, pero a la vez sé que es ella sin lugar a dudas; por eso supongo que es una cuestión del timbre) y, por supuesto, en el enorme sentimiento que transmite en cada segundo que suena. En 30, durante sus 30s, Adele decide abrirse ante nosotrxs como una mujer que ha pasado y sigue pasando por tanto, pero resiste y canta y compone y sigue impactando tanto —aunque tan distinto— como la Adele de hace 10 años.



Certified Lover Boy // Drake

Certified Lover Boy retrata el imperfecto y complejo viaje de un artista que se transforma para convertirse en un hombre integral. En este nuevo álbum decorado con una interesante variedad de samples inesperados, Drake nos presenta un confesionario realista e íntimo donde comparte la búsqueda del equilibrio en todo lo que conforma su vida. Sean situaciones crudas o banales, el rapero canadiense las convierte en entradas de su diario musical, en el cual también despierta algunos demonios internos para deleitarnos. Canción por canción, Drake plantea una narrativa mucho más cotidiana y menos aspiracional que en álbumes anteriores al presentar lugares tan familiares como incómodos de la vida real.

Dune (Original Motion Picture Soundtrack) // Hans Zimmer

Usualmente tiendo a escuchar los scores de las películas en cuanto salen aunque no haya visto la película. Este caso fue una de las pocas excepciones, y debo admitir que no fue una mala decisión: con sonoridades similares a otros trabajos de su autoría como los que hizo para las películas The Prince of Egypt, Gladiator, Dunkirk, Blade Runner 2049 (también de Villeneuve) y un motivo de voces bastante parecido al de Electro en The Amazing Spiderman 2, Zimmer nos trae algo nuevo con lo ya conocido. El uso de low strings, sintetizadores, texturas gestuales y acordales, el empleo de escalas exóticas, su ya característico uso del compás de 6/4 y, por supuesto, los solos en las maderas del grandísimo flautista venezolano Pedro Eustache amalgaman la sonoridad desértica de Dune. La obra visual y la musical se complementan de una manera tan maravillosa en este filme que escuchar únicamente el score hace recordar cada escena con total precisión. Como complemento, existe la oportunidad de escuchar música adicional en los álbumes The Dune Sketchbook (Music from the Soundtrack) y The Art and Soul of Dune (Companion Book Music), ambos disponibles en plataformas de streaming.

Delta Kream // The Black Keys

El décimo álbum de The Black Keys se grabó, según la banda, en aproximadamente diez horas. En cierta medida, ahí radica su encanto. Delta Kream es un íntimo tributo que Dan Auerbach y Patrick Carney hacen a sus orígenes: el blues del delta del Mississippi y el legendario Junior Kimbrough son sus principales influencias. Muchas de las canciones que componen el álbum fueron cortadas de álbumes anteriores y regrabadas para esta exquisita colección que reconecta de inmediato con las raíces de la banda. Ahora escuchamos versiones que suenan llenas de alma, muy crudas (léase auténticas) y muy muy sureñas, lo que hace que cada slide de la guitarra y cada beat sincopado que se escapa por ahí se disfrute al máximo. Es cierto que después del éxito de Let’s Rock! la vara parecía estar alta, pero la realidad es que Delta Kream no pretende competir con su antecesor, sino que, por el contrario, intenta celebrar el legado del blues que comenzó en el pantanoso delta del Mississippi.

ENTROPÍA // Humbe

La historia va algo así: un adolescente talentoso con un canto impresionante se encuentra atrapado por contratos y sellos discográficos que no le dan mucha libertad creativa. Este mismo personaje, después de un rato, se dice: “Mmm, mejor me voy por mi lado”, y crea un álbum con ayuda de amigos productores, con completa autonomía creativa, que resulta en un lanzamiento que se percibe como un debut, aunque realmente no lo sea. Este disco se titula ENTROPÍA.

ENTROPÍA es una mezcla de bedroom pop y pop contemporáneo filtrados por una identidad cantautora. Se trata de un proyecto que explota a la perfección las capacidades vocales de Humbe y los elementos sonoros digitales propuestos en la mezcla de las canciones, tales como la fusión de r&b y dubstep, o la incorporación de loops. Asimismo, el álbum sorprende con una expresión realista de sentimientos. En general, el disco puede ser visto como una prefiguración del pop en español que protagonizará el futuro. Por otro lado, ENTROPÍA representa el retorno de las canciones de amor, pero con una perspectiva moderna con la que las nuevas generaciones pueden identificarse.



Será que se Acabó // Havana D'Primera y Alexander Abreu

¡Asere! Una de las bandas más queridas de Cuba, nos deleita de nuevo con el ritmo y el sabor de la salsa y la timba de la isla. Havana D’Primera ya nos había regalado grandes álbumes (en lo personal,Pasaporte es mi favorito) y aunque ha seguido la esencia de su música desde el primer momento, no han dudado en innovar constantemente sin salirse de los estándares que plantearon desde un principio. En su intento de responder la pregunta de si es posible o no hacer más con la música bailable de nuestros tiempos, estas 20 canciones distribuidas en dos discos se vuelven un “homenaje a la música cubana de todos los tiempos” que incluye temas de grandes del género como Isaac Delgado, Manuel González, Adalberto Álvarez, Chucho Valdés y más. En esta obra escuchamos la pura esencia de la música cubana de finales del siglo pasado combinada con armonías jazzy; una canción incluyo raya en el funk. El particular toque de Abreu en la voz y la trompeta se encuentra contenido en este álbum que produce una mezcolanza de lo tradicional con las estéticas actuales del género. Y yo les pregunto: ¿será que se acabó?

Schlagenheim // black midi

Cuando escuché Schlagenheim por primera vez, estaba en el aeropuerto de Manzanillo hace poco más de dos años. No me pregunten qué hacía escuchando black midi en el aeropuerto de Manzanillo; me envolvió un sentimiento, una certeza, no sé con qué se relacionó ese sentimiento, tampoco podría describirlo ni hacerle justicia, pero me ocurrió lo que creo que debe ocurrirle a todos cuando descubren un nuevo sonido que los conmueve de sobremanera. Cavalcade es más extraño, más difícil de entender y, en ciertos aspectos, es también un disco más completo que Schlagenheim. Creo que muchos amantes de su debut querían una especie de Schlagenheim Parte 2: electric boogaloo. El nuevo álbumes todo menos eso: donde Schlagenheim descansa, Cavalcade se acelera, donde uno abre los ojos el otro los cierra, donde uno es violento, el otro es… violento pero de una forma muy distinta. La voz de Geordie y la batería de Morgan alcanzan un nivel muy diferente a lo que nos tenían acostumbrados y las letras, aunque siempre juegan en la línea de lo ridículo, dejan un sentimiento de anhelo que muy pocos proyectos musicales alcanzan.

El Madrileño // C. Tangana

El Madrileño es el proyecto más ambicioso de Antón Álvarez, mejor conocido como C. Tangana. En 14 canciones, el artista conjuga el flamenco con tonalidades contemporáneas como el trap, el house y el reguetón. Narrativamente, el músico trata de redimir la superficialidad que expuso en sus años como rapero al construir un personaje —el madrileño— moderno, sensible e, incluso con sus tropiezos, medianamente deconstruido. C. Tangana representa uno de los cientos de esfuerzos creativos que se le han inyectado al flamenco moderno. Como elemento representativo de un país tan tradicional como lo es España, dicho género pasó décadas —y tal vez siglos— siendo resguardado como un tesoro intocable, inmodificable. Cualquier movimiento que apuntaba fuera de los cánones institucionalizados era tachado de frívolo y calificado de deshonra a la música folklore. C. Tangana dignifica a quienes revolucionaron el flamenco al dotarlo de otras posibilidades creativas, tal como los proyectos Gypsy Kings, Kiko Veneno y La Húngara.

Garden of Burning Apparitions // Full of Hell

Hay pocas bandas cuyo nombre describe su música de forma más efectiva que Full of Hell: la mezcla cacofónica de grindcore, noise y death metal del cuarteto de Maryland es como un pozo negro rebosante de agonía infernal. Con Garden of Burning Apparitions podemos apreciar a la banda en su forma más brutal, su asquerosa miasma musical entregada por medio de una inyección letal martillada violentamente en los cráneos de sus escuchas. Por primera vez no hay tiempo para cavilaciones oscuras que alivien el asalto a la mente; no hay lugar para cantos astrales que traigan tan sólo un vestigio de humanidad a estos lares: la banda elimina cualquier distracción en su misión por estudiar y ocasionar el sufrimiento humano. Menos interconectado que lanzamientos pasados, cada canción en Garden es un ente autónomo: al terminar sus 21 minutos de duración, hemos sido obligadxs a mirar dentro de doce abismos y sufrir las consecuencias desgarradoras que tal acto implica.



Harmony House // Dayglow

Sloan Strobe vuelve bajo el nombre de Dayglow con un álbum lleno de vibras ochenteras. En Harmony House, el texano de 22 años nos muestra una etapa mucho más madura de su proyecto artístico. Después del éxito de Fuzzybrain (2018), que fue grabado en su habitación, Strobe se arriesga a adentrarse en nuevos territorios musicales. Hay unas cuantas canciones que destacan por la variedad de sonidos que presentan: “Something” abre el álbum con un estilo funky muy agradable; le sigue “Medicine”, que parece auténticamente un éxito sacado de los 80 con esos sintetizadores característicos; “Close to You” quizá será la favorita de quienes busquen algo más parecido a Fuzzybrain; mientras que los acordes de “Strangers” transmiten el dolor y la reflexión. Harmony House es uno de esos proyectos conceptuales que no se puede pasar por alto.

Daddy's Home // St. Vincent

Entre guiños a los años setenta y mucha intimidad, Daddy’s Home aparece como un álbum de blue-eyed soul manchado de psicodelia, reflejando una cínica oscuridad que dirige las emociones producidas por el secreto familiar en su núcleo: el encarcelamiento del padre de Annie Clark hace una década debido a fraude. Su reciente reinserción en el ámbito familiar —junto con la situación pandémica— le permiten a Clark explorar la historia de una relación padre-hija que se rompió en silencio. Las sonoridades del álbum señalan la inspiración de Clark en esa música que es disco pero también es soul y rock al mismo tiempo. Con ello, se separa de lo más digital e industrial que ha enmarcado su discografía reciente al desplazarse hacia una suerte de reinvención que, siendo aparentemente más orgánica, le permite posicionarse desde el arte en su situación personal; cosa que quizá no hubiese podido pasar entre pesados bajos y sintetizadores.

Al dejar que quien escucha se sumerja en su narrativa, Clark pone en el centro de su proyecto una demostración de la música como catarsis; aclara algo que, si bien no necesitaba aclararse en el gran orden de las cosas, sí era necesario para ella misma. Daddy’s Home busca hacer las paces con elementos de una relación familiar nociva; y así, hasta cierto punto, nos sirve a cada unx de nosotrxs para pasarnos un mal trago de vida.

Eternal Blue // Spiritbox

Hay tantas cosas que decir de este álbum y tan poco tiempo y espacio para hacerlo. Bandas que habitan en la frontera del metalcore melódico con toques más electrónicos no son pocas. Sin embargo, encontrar una que aparezca y domine la escena tan rápido es en extremo raro. Una banda refrescante, con una guía y vocalista tan anhelada por la escena que de pronto la vemos en colaboraciones con decenas de otros artistas. Un disco completo y redondo al cual no le falta nada: contiene canciones brutalmente sentimentales para los gustosos de las letras elaboradas y canciones que te hacen sentir unas brutales ganas de estar en un concierto golpeando a quien esté a tu alrededor, para los de gustos más instrumentales. Sin duda alguna, estamos hablando de uno de los mejores discos de música pesada del año.

Deep: The Baritone Sessions Vol. 2 // Mark Lettieri

Perfecto para maridar con el álbum precedente, el segundo volumen de las sesiones barítonas tiene todo lo bueno del jazz-funk: un sentido del ritmo lleno de groove que, junto con enérgicos riffs y contagiosas líneas de cuerdas, hace mover la cabeza en total sintonía con las cadencias que propone. La influencia de artistas como Prince y Herbie Hancock o de agrupaciones como War se palpa a lo largo de todo el álbum en pasajes de magnificencia tanto setentera como ochentera. Lettieri despliega en los nueve tracks del disco una versatilidad guitarrística que le permite entender el instrumento como un fabricante integral de sonido, cuyas sacudidas percusivas o poderosas melodías se conjugan para crear una polifonía multifacética que va del frenesí distorsionante a la sobriedad acústica.



Clouds (The Mixtape) // NF

Curioso ver un mixtape entre la lista de los mejores álbumes, muchas veces se califica a los mixtapes como entregas de menor talla, pero también es curioso encontrar hoy en día a un rapero con una capacidad de entrega como la que tiene NF. El rap ha cambiado mucho, y en general, encontramos pocos artistas con tanta potencia en su entrega. En lo personal, me causó una sensación similar a cuando descubrí a Eminem, ya que ambos raperos escriben letras cargadas de sentimiento que narran historias completas, sobre situaciones de la vida real; producen sentimientos tan reales que se siente como si fueran propios y alteran pensamientos. NF, tal como Eminem, propone ritmos que, sin ser abrumadores, sin ser demasiado fuertes o intensos, acompañan de forma idónea las barras que se lanzan sobre el beat. Clouds podrá ser un álbum corto pero, sin duda alguna, yergue a NF como uno de los talentos de la escena que no se pueden dejar de seguir. En definitiva un disco que debe ser escuchado por quienes aman el rap de inicios de los 2000, a quienes disfrutan de deliverys fuertes, a quienes disfrutan de buenas letras.

Te Diría a Donde Voy Si Supiera Donde Estoy // Julio Abreu

Escuchar música nueva es espectacular, pero conocer a quien la hace es un gran privilegio. En un lapso de 34 minutos, el compositor mexicano nos presenta un material auténtico y sincero que no sólo engloba sus visiones personales, sino que incluye “todo el aprendizaje de más de siete años disfrutando, practicando y haciendo música”. Este álbum se divide en dos partes de cuatro tracks cada una: la primera consiste en la exploración con recursos sonoros como los sintetizadores y el sampling, donde brilla la influencia del hip-hop. Las siguientes cuatro pistas son completamente instrumentales y se acercan más a las sonoridades meramente acústicas. El disco culmina con una fuga y una mini sinfonía que, en palabras del autor, es su “gran orgullo, aunque sea pequeña”. Julio Abreu es un artista independiente cuyo arte vale la pena conocer, pues combina el conocimiento y dominio de la música popular y la de tradición escrita (dos lados que erróneamente han sido vistos como extremos irreconciliables) y demuestra que en realidad pueden ser más cercanos de lo que creemos.

Butterfly 3000 // King Gizzard & the Lizard Wizard

Butterfly 3000 es un pertinente respiro en la discografía de la banda más prolífica de los últimos tiempos. King Gizzard se sumó a la gloria de la música microtonal con KG (2020) y LW (2021), no obstante no lograron causar un mayor impacto. Con esta nueva maqueta, los oriundos de Melbourne demostraron poder navegar fuera de sus comodidades musicales al empolvar las guitarras y exaltar los sintetizadores en numerosas capas y loops. Stu Mackenzie, líder de la agrupación, se convirtió en padre a finales de 2020, lo cual se ve reflejado en Butterfly 3000, un disco lleno de paisajes melódicos, llevaderos, sumamente sensibles: en fin, una canción de cuna para su retoño. En esta maqueta, la literatura del Rey Lagarto habla sobre la incondicionalidad del amor paternal, la urgencia de cuidar a la Madre Tierra y la necesidad de emerger del capullo como una mariposa reluciente en medio del fin parcial de la humanidad.

Sand // Balthazar

La evolución musical de Balthazar se puede entender mejor si se le compara con la evolución emocional de un adolescente de camino a la adultez. La producción descuidada de sus primeros dos álbumes, Applause y Rats, nos recuerda tiernamente al enojo existencial de la pubertad y a ese deseo intenso de construir la personalidad a partir de nuestros personajes ficticios favoritos. Por otro lado, Thin Walls nos transporta a los escapes nocturnos de la adolescencia, cuando huimos de nuestras casas para encontrarnos a oscuras con crushes idealizados. También está Fever, que es un perfecto reflejo de nuestra época de adaptación en la universidad: es un álbum más pop, con la dulzura que provocan por nuestras ganas de pertenecer a algún grupo, dulzura que no por ello deja de ser indeseable.

Finalmente, Sand se siente como la culminación final de todos estos patrones. Contiene: enojo circunstancial; un deseo natural de apropiarse de lo ajeno; transiciones geográficas y romances ficticios; y también invitaciones a bailar solo o acompañado mientras te odias un poquito. Este álbum es tan complejo, completo y seductor que me gustaría tener la autoridad de terminar con la carrera de Balthazar aquí y ahora; por un lado, porque dudo que puedan lograr una mejor obra después de esto y, por el otro, porque temo que, si lo logran, van a forzarme a tener que encontrar una mejor analogía.



Jubilee // Japanese Breakfast

Dicen que la mejor fuente de inspiración para crear grandiosas obras de arte es la tristeza. Esto fue cierto en los primeros dos álbumes que Michelle Zauner sacó como Japanese Breakfast, moldeados en distinta medida por la muerte de su madre a causa del cáncer en el 2014. No obstante, en Jubilee, su tercer álbum como solista, Zauner no sólo se deshace de la tristeza como motivo central de su arte (tanto como le es posible a alguien que ha sufrido una pérdida tan inmensa) sino que se entrega completamente a la emoción contraria; la felicidad se ha vuelto su ancla y su luz de guía. Para acompañar este cambio de enfoque, Zauner también amplió su gama sonora con grandiosos resultados: deja descansar momentáneamente su guitarra para abrir de par en par las ventanas y dejar entrar a los saxofones, las cuerdas y los sintes propios de una majestuosa producción pop. “Be sweet to me, baby”, le exige a su amado, pero su música también acata la orden a la perfección; como un caqui maduro, la música de Zauner pasó por un periodo de dureza para madurar en algo suave, placentero y tan tan dulce.

Silver Dream // Moon Taxi

En su sexto álbum de estudio, Silver Dream, la banda originaria de Nashville continúa entregando música que combina el sabor sureño en la voz de Trevor Terndrup con el estilo pop y la energía positiva. Las canciones del disco son frescas, pegajosas y tienen pequeños detalles que nos hacen querer volver a escucharlas. Silver Dream también tiene un lado más sentimental, como se puede sentir en la atmósfera melancólica de “Live for It”. Por otro lado, “Lions” es quizá la canción más rockera y eso añade un toque distinto al tono pop del álbum. Pero la joya tiene que ser “Hometown Heroes”, que fue publicada como sencillo en 2020. Es una gran canción liderada principalmente por el sonido de un ukelele, que explora los inicios, la trayectoria y el crecimiento de la banda. El gran logro de Silver Dream es la manera en que las canciones no compiten por un lugar protagónico, sino que se complementan de forma magnífica.

Mood Valiant // Hyatus Kaiyote

Hubo una frase de la cantante y guitarrista Nai Palm que resonó muchísimo con cómo percibí el más reciente álbum de Hyatus Kaiyote: “Cuando crees que la vida te será arrebatada, te hace pensar en quién eres. [...] después del susto por el cáncer de mama decidí que necesitaba demostrarle a la vida que lo que ofrezco es genuino. Mi único deseo es vivir y ofrecer mi experiencia del tiempo y la belleza”. Efectivamente, al mostrar únicamente emociones genuinas traducidas en canciones, Mood Valiant presenta una nueva faceta de la banda australiana, que claramente sale de su zona de confort en varios momentos, como en la incorporación de arreglos para cuerdas en “Get Sun”. Por otro lado, el álbum también explora una amplia gama de moods sin dejar de lado el estilo jazzero-funky (o neo-soul, como le llaman) lleno de cambios de compases, líneas vocales melismáticas a las que ocasionalmente se une algún otro instrumento ya sea en unísono o en una segunda melodía, y mucho pero mucho flow.

Fast Idol // Black Marble

El disco más reciente del neoyorkino Chris Stewart coincidió con el décimo aniversario de su proyecto musical Black Marble y es por mucho el más sólido e impactante de su carrera. En un vuelco hacia el synth-pop, algunas canciones evocan más a momentos de Singles, de Future Islands, que a los momentos más fríos de New Order. Los sintetizadores en Fast Idol cobran un color brillante y cálido, sin perder la característica nostalgia y melancolía tanto del género como de los demás álbumes de Stewart. “Somewhere” y “Ceiling” se han vuelto dos de las canciones más emblemáticas de la discografía de Black Marble, pero a diferencia de otros de sus discos, que se sentían como poco más que la suma de sus partes, en Fast Idol las mejores canciones no eclipsan a las demás; por el contrario, sirven para levantar todo el proyecto, le dan cohesión y mantienen una tensión emotiva que se afianza cada vez más.



A Beginner's Mind // Sufjan Steven & Angelo De Augustine

Es cierto que hay relaciones directas en cada canción de este álbum con películas señaladas como problemáticas. Ya diversas revistas han reunido cada una de ellas para que lx lectorx las use como guía al navegar entre sus letras (tal es el caso de Pitchfork). Pues, pululan las referencias directas a personajes que se desdibujan o toman forma en las composiciones de Sufjan y Angelo. Pero para quien la música no es trazar mapas de referencias, sino el mero acto de la escucha, le debe dar play a estas rolas siguiendo el consejo del título del mismo: con una mente de principiante. Así, fragmentos de las canciones en vez de encasillar una sola imagen, dan cuerda floja a que uno cree nuevas ficciones. Sugerimos olvidar los manuales a la hora de sumergirse en esta nueva entrega de tan querido par. Permitirse a uno flotar, chapotear, nadar y, de vez en cuando, voltear al fondo para probar la violencia de lo desconocido.

Friends That Break Your Heart // James Blake

James Blake nos tomó por sorpresa con esta nueva entrega; si bien el año pasado dejó varias pistas de las canciones que conformarían el álbum, era difícil prever un disco tan sólido e introspectivo en un plazo tan corto, posterior a Assume Form (2019). En sus trabajos como compositor, productor y músico, Blake se ha descubierto como un artista multifacético, cualidad que le permite trabajar desde ritmos traperos hasta ensambles de cuerdas con enorme detalle y meticulosidad. Las doce pistas del disco abarcan todos los géneros que ha explorado en su carrera, desde la electrónica con sus crujientes y persistentes beats hasta las piezas pianísticas. James deleita nuestros oídos con sus ricas bases, aunque también logra provocarnos una enorme nostalgia y melancolía con canciones como “Funeral” y “Friends That Break Your Heart''. Friends That Break Your Heart es un disco importante en la carrera de James Blake, ya que en él consolida los géneros que ya había explorado anteriormente y demuestra sus aptitudes camaleónicas para provocar nuevas sensaciones en sus oyentes. Espera beats crujientes, letras entrañables, arreglos cuidadosos y una amplia gama de sensaciones.

Dark in Here // The Mountain Goats

John Darnielle es un hombre dulce y gentil que hace música dulce y gentil, especialmente cuando la temática central de dicha música es la calamidad. Tal es el caso de Dark in Here, el vigésimo álbum de su banda, The Mountain Goats, en el que enfoca su vista en los momentos previos y posteriores a las catástrofes —sean de talla bíblica o banal— y los estragos emocionales y psicológicos que estos sucesos tienen en sus protagonistas. A su vez, los integrantes de la banda nunca han sonado más en sincronía como ensamble; es del tipo de unión musical que surge cuando el sonido se hace con pasión y entre amigos. Matt Douglas en particular se luce a lo largo del disco en los instrumentos de viento, matizando las canciones con entonaciones melancólicas o esperanzadoras; su parte de flauta en el cierre de “Let Me Bathe in Demonic Light”, es especialmente encantadora. Sí, hay una canción llamada “Let Me Bathe in Demonic Light”.

An Evening With Silk Sonic // Silk Sonic

Producto de una anticipada colaboración entre Bruno Mars y Anderson .Paak, An Evening With Silk Sonic cumple con las exigencias primordiales. El R&B, el soul, el funk y el pop se unen en este álbum para lograr un sonido clásico y reluciente que hace un suntuoso tributo a la melcocha setentera. El tono preponderante de la balada se exalta con las magníficas armonías corales que recuerdan a la discografía de leyendas como Marvin Gaye y Al Green; en general, la producción repleta de brillantina y azúcares románticos se fusiona con las actitudes frívolas y estimulantes del famoso dúo para presentar 8 canciones juguetonas y evocativas que, si bien no hacen más que reproducir un prototipo musical de antaño, establecen efectivamente una estética del buen rollo.



Scaled and Icy // Twenty One Pilots

Muchos podrán decir que no es uno de los mejores trabajos de Twenty One Pilots. Muchos dirán que es un disco soso, repetitivo, demasiado pop y comercial. Pero ninguno de estos adjetivos tiene que ser sinónimo de malo. Para los verdaderos fans de Twenty One Pilots, el álbum presenta una propuesta completamente diferente a lo que habíamos escuchado. Se trata de un disco que habita dentro del lore que la banda ha forjado, que nos narra cómo la banda está siendo controlada por una fuerza mayor, que ha sido obligada a hacer música fuera de lo normal y de dominación mental. Eso es lo que se refleja en la obra: sonidos nuevos e interesantes, letras con temáticas subtextuales, y en definitiva, un sonido feliz y animado que corresponde a las necesidades de un fandom ávido de música alegre después de una pandemia como la que vivimos.

Laura Itandehui // Laura Itandehui

En cuestión de meses, Laura pasó de ser una artista mexicana que sólo conocía de nombre a ser una mujer totalmente entrañable y admirable; todo a partir de que escuché por primera vez este álbum. Laura Itandehui es todo un viaje: por un lado, a causa de la diversidad de ritmos y géneros que presenta la autora; por otro, debido a su capacidad de hacerte sentir un permanente nudo en la garganta que apenas si te deja sacar la voz para tararear las melodías, para luego darte una paz cálida similar a tomar un chocolatito caliente en soledad. Además de esto, vale la pena destacar la calidad del álbum en todos los sentidos, que implica un cuidado y un trabajo en equipo dignos de reconocimiento: colaboran músicxs acompañantes como pocxs los hay en México; los arreglos y las deliciosas letras pegan más fuerte que un mezcalazo. En definitiva, se trata de una joyita.

Donda // Kanye West

Para quienes hayan leído mi reseña experimental de Donda, no se preocupen: ya lo escuché completo. Como era de esperarse, es uno de los proyectos más completos, desgarradores y magistrales del ícono de la música, de la moda, del diseño gráfico, de básicamente todo lo que se propone hacer: el Da Vinci de nuestra época, Kanye West. Sé que la forma tan hiperbólica en la que escribo de Kanye puede hacer pensar que estoy parodiando a los millones de fans del rapero en vez de adherirme a su fanatismo; sin embargo, creo que esas posturas no están peleadas. Para bien o para mal, Kanye es de los artistas más viscerales y polarizantes de la escena pop actual, y si escuchas Donda de la manera más objetiva posible al alejarte de la pasión o el odio que puedas sentir por su persona, repararás en que es un disco supremamente épico tanto en la campaña que lo rodea como en el contenido de las canciones. Sin ser su mejor álbum, se trata de una adición más al impecable catálogo de Kanye, que casi siempre logra inyectar en su música una potencia que a muchos de sus contemporáneos pop les falta.

Sling // Clairo

En un intento por romper las barreras del bedroom pop, Clairo opta por usar sonoridades del folk pop y el baroque pop para abordar con naturalidad las sensibilidades más íntimas de su obra desde nuevos horizontes. Al deshacerse de los muros que la contenían, su nuevo espacio sonoro parece ser más universal, sin dejar de sentirse reconfortantemente íntimo a causa de la bella suavidad de la voz, la instrumentalización y los arreglos. Estos últimos —en su punto idóneo como una buena pasta— acompañan a la lírica con gracia, observaciones sinceras sobre las sensaciones que implica el percibir que se crece muy rápido sin tener la posibilidad de frenar. Con fluidez a lo largo de toda su duración y una producción fresca, Sling reafirma a Clairo como artista al amplificar su indiscutible habilidad compositiva. Es un álbum relajante con el que Clairo decide poner los pies sobre la tierra y darse el tiempo para experimentar la introspección; su poder yace en cómo transmite esa necesidad reflexiva a quien decide escuchar.



Luma // Tom Ibarra

Unas manos apenas distinguibles sostienen, en medio de la sombra, la blancura de unas páginas vacías: ¿mapa virgen, libro mudo, retrato lunar, o ejercicio de insinuación? Difícil saberlo, más aún cuando la imagen se encuentra desprovista de toda noción espacial. Sin embargo, contamos con la certeza del claroscuro, que, más allá de la portada, se extiende en las 9 piezas del álbum. Jazz fusión de tonos dulces e instantes tanto meditativos como eufóricos, el tercer disco del guitarrista francés deleita, apacigua y alborota. Tom Ibarra se propone, bajo el influjo de la música electrónica, establecer un itinerario ambiental donde las texturas de los sintetizadores y las consabidas melodías de los instrumentos de viento encuentran nostalgias taciturnas o bailables; las cuerdas del joven compositor acompañan los motivos e improvisan con deliciosas notas octavadas. Desde luego, no se nos priva del éxtasis del solo, pero tampoco nos encontramos frente a un monólogo guitarrístico: Luma es, de inicio a fin, una exploración emotiva antes que una muestra de virtuosismo; por lo mismo, la grandeza de su autor reside no tanto en lo que toca, sino en lo que deja de tocar, mientras que la complejidad del disco se manifiesta en el movimiento del éxtasis al silencio, de la hiperactividad a la pausa y de la rapidez a la lentitud; es decir, en el diminuendo.

Montero // Lil Nas X

En este año, Lil Nas X no sólo se ha convertido en un estandarte de la comunidad LGBTTIQ (y con ello una verdadera controversia mediática), sino que también nos ha entregado un disco que propone una nueva forma de consumir hip hop y rap. En Montero no sólo encontramos una propuesta refrescante de lo que conocemos dentro del ámbito musical urbano; también podemos deleitarnos con un interesante abanico de colaboraciones, que van desde Megan Thee Stallion hasta el mismísimo Elton John. Al crear un universo de tentaciones y confesiones, Montero es, ciertamente, uno de los discos más innovadores en su género. A pesar de haberse ganado una popularidad creada a partir de la polémica, Lil Nas X entregó uno de los álbumes imperdibles del año.

lately I feel EVERYTHING // WILLOW

Éste es un disco que no habría esperado incluir en el top, pero que cuando lo escuché por primera vez fui sorprendida en un muy buen sentido. Álbumes de este tipo me han llenado el corazón desde hace ya un tiempo, particularmente en este último año lleno de tanto crecimiento, emociones y, sobre todo, empoderamiento. Willow es sólo un par de meses menor que yo, y es evidente que hemos tenido vidas muy diferentes; sin embargo, me sentí tan cercana a ella con este álbum, que casi podría pensar que es una producción específicamente dedicada a mi generación, una generación que creció escuchando un rock encabezado por artistas como Avril Lavigne y blink-182. Y es que este álbum retoma las canciones que nosotrxs, como jóvenes “rockerxs”, cantamos y bailamos en su momento, no sólo en las excelentes elecciones de featurings, sino también en los sonidos del mismo, que rememoran casi de inmediato a aquellos tiempos. lately i feel EVERYTHING nos habla de cerca, nos hace ver que todxs pasamos por momentos buenos, malos y normales; todo esto a través de canciones que, si bien pueden resultar poco complejas en el sentido musical, proyectan una energía desbordante que no se detiene. Estamos en un viaje constante, pero seguimos creciendo en todos los sentidos.

I've Seen All I Need to See // The Body

The Body siempre ha hecho música sombría: desde su época temprana de doom metal hasta los lanzamientos experimentales de los últimos diez años, Chip King y Lee Buford se han esforzado por causar angustia en la mente de sus oyentes. Han tenido éxito en cada ocasión. Al alejarse del enfoque matizado que usaron en sus últimos dos álbumes, I’ve Seen All I Need to See es su asalto más aplastante a la esperanza: al reducir las composiciones a su estado más primitivo y al elevar el ruido a niveles impíos, The Body ha creado ocho canciones cuya intención es infligir daño corporal. Realmente no hay belleza aquí, ni oculta ni abstracta ni retorcida; con I’ve Seen All I Need to See, el dúo baña nuestras alma con papel de lija y nos deja a la merced de la desolación.




Private Reasons // Bruno Pernadas

A lo largo de trece deliciosos tracks, Bruno Pernadas ofrece una variedad de experiencias sonoras que reflejan su madurez como músico y compositor. En Private Reasons nos deleita con una mezcla de folk, psicodelia, jazz y electrónica en una misma envoltura. Pernadas demuestra en el nuevo álbum su enorme talento al romper las estructuras convencionales con elementos sonoros impredecibles que juegan con el asombro del oyente. Es el caso de “Lafeta Uti”, pieza que contiene un perfecto engranaje de impecables bases rítmicas que evocan el Afrobeat, en la que el compositor hila a la perfección cada compás con cánticos africanos y secuenciadores. Por otro lado, “Family Vows” reúne varios estilos en una misma masa sonora, donde destacan las guitarras psicodélicas, las voces sintetizadas y los coros. En “Little Seasons” el artista demuestra su ambiciosa capacidad de arreglo, que hace brillar los conjuntos cordales, las flautas y los pianos eléctricos que fluctúan dentro de ricas armonías jazzísticas. Bruno Pernadas tiene el don del eclecticismo, signo distintivo del álbum. El compositor ofrece en esta nueva entrega elementos tropicales que confluyen con música de cámara, electrónica y psicodelia en una perfecta maquinaria sonora.

SINNER GET READY // Lingua Ignota

Lingua ignota es el latinismo que designa un “idioma desconocido” y es, a su vez, el nombre artístico de Kristin Hayter. Tanto en la forma en que utiliza sus instrumentos como en la escritura de sus letras, Kristin explora las infinitas posibilidades de ese idioma no terrenal y los medios que éste usa para tomar corporalidad. En esta entrega, Lingua Ignota encara a los devotos que aprietan sus rosarios al tiempo que cierran los ojos formando telarañas en sus cuencas. Ella les obsequia el espejismo que deseaban tener: una entrega gutural pero vacía; una voz demandante que no otorga más que gritos desgarradores. La decisión de experimentar estas pistas es como escuchar una misa de pie, junto a un risco, con las plegarias hechas manojo y unos cellos mordisqueando tu humanidad. “Upon your pale, pale body I will put many hands / And rough, rough fingers for every hole you have” entona en “Many Hands”. ¿Qué quiere la divinidad de nosotrxs?

BRASS // Moor Mother & billy woods

La escena del hip hop underground ha sido un bastión de creatividad tan puro que es de esperarse que repela más de lo que atraiga. Es casi paradójico que, en esta colaboración entre el rapero billy woods y la poeta Moor Mother, surja un proyecto que, sin comprometer un gramo de creatividad y noción experimental, se sienta tan accesible como algo de SZA o Open Mike Eagle. La primera canción, “Furies”, no parece entrar en esta descripción, al menos hasta que se conjuga sin esfuerzo con “The Blues Remembers Everything the Country Forgot”. A partir de aquí el disco da un paso adelante para que uno de un paso atrás y es en este vaivén de tira y afloja en el que se mantiene por los siguientes cuarenta minutos. Tan pronto empiezas a bajar la guardia con momentos como “Rapunzal” o “Scary Hours” aparecen “Arkeology” o “Mom’s Gold” para recordarte que estás del otro lado de las olas y que algo se mueve por debajo del agua. Se trata de una de las colaboraciones más ambiciosas y, sin duda, de uno de los proyectos más interesantes y atrevidos del año.

If I Can't Have Love, I Want Power // Halsey

Aunque Halsey haya desaparecido de mi radar pronto en su carrera, su último lanzamiento, If I Can’t Have Love, I Want Power es un experimento sonoro cautivador al punto de ser imposible ignorarlo. Realizado con una producción impecable de Trent Reznor y Atticus Ross, el álbum saca a Halsey de su zona de confort, el pop pseudoalternativo, para llevarla a un éxtasis de rock que desafía cualquier comentario sobre la muerte de ese género. No pretendo decir que Halsey llegó a salvar las sonoridades del rock, pero sí las reincorpora en el mapa del mainstream. Por sí solo, eso debería ser suficiente para reconocer el mérito del disco. Pero Halsey va más allá de eso al tejer un álbum temáticamente complejo que engloba ideas sobre lo corpóreo, lo femenino y el acto de engendrar, además de pintar imágenes en las mentes de sus escuchas con cada una de las canciones que integran este trabajo. Sin embargo, por momentos estas imágenes emocionantes se emborronan con un discurso demasiado blanco respecto a las relaciones entre el poder y la feminidad que ameritan comentario y crítica. A pesar de eso, If I Can’t Have Love, I Want Power es un álbum sumamente propositivo tanto en lo sonoro como en lo lírico: es rico y diverso en contenido; se puede disfrutar en su totalidad o por fragmentos, ya sea un extracto de alguna letra, de alguna melodía o de la instrumentalización. Hay algo para todxs en este álbum, sólo es cuestión de buscarlo.

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