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Pelea de primates por la premier

Actualizado: 31 may 2020

Después de treinta y dos encuentros llenos de sudor, polémica y pasión, el torneo ha llegado a su fin. La reñida final en Wembley vio a uno de los grandes favoritos del público encararse contra un viejo conocido, el cual demostró que, a pesar de sus casi dos décadas de edad, no le pide nada a nadie. Así es, la final entre la aclamada “On Melancholy Hill” y la nostálgica “Tomorrow Comes Today” fue todo un espectáculo de letras melancólicas, sintetizadores y sonidos cautivantes que por un lado evocaban la taciturna vida citadina y del otro un hermoso, pero extrañamente triste, escape a las profundidades. La final soñada. En una esquina “Tomorrow Comes Today”, un clásico que frecuentemente es pasado por alto y, en la otra esquina, “On Melancholy Hill”, una favorita de la radio que no colapsó bajo el peso de su propia popularidad y que logró arrastrarse hasta la final. Final en la que, sin embargo, se vería derrotada ante la nostalgia y majestuosa simpleza del juego de “Tomorrow Comes Today”. Una especie de David contra Goliat que trajo recuerdos de esa final del 2013 entre el Manchester City y el Wigan Athletic, en la que el virtualmente anónimo Ben Watson le arrebató el trofeo al equipo de Mancini. De la misma forma “Tomorrow Comes Today” se entrometió en el camino de la dominante “On Melancholy Hill” y se quedó con el trofeo.

En el camino se quedaron varios contendientes que en cualquier otro torneo pudieron haber sido campeones. La icónica “Feel Good Inc.”, del mejor disco de la banda, cayó por la mínima en semifinales contra la finalista derrotada. Del otro lado la campeona dejó en semis a “Hong Kong” en un duelo de competidores severamente subestimados. A pesar de estar en un disco de compilaciones (el ecléctico D-Sides), “Hong Kong” se disfrazó del Wolverhampton en el 2019 y demostró estar a la altura de la competencia. En el camino dejó a “Re-Hash” en cuartos, la primera canción del primer disco de la banda y, en una de las contiendas más polémicas del torneo, derrotó en octavos a “Clint Eastwood”; probablemente una de las tres canciones más reconocidas de toda la discografía del grupo. No hay duda de la inmensidad de “Clint Eastwood”, pero tuvo la mala suerte de enfrentarse en octavos con una de las pocas canciones que le han sacado lágrimas al público (por público me refiero a mí y a otro wey que conocí en el concierto de Gorillaz en el Vive Latino). “Hong Kong” incluso derrotó a “Feel Good Inc.” en el partido por el tercer lugar: una matagigantes consagrada.

Pero “Hong Kong” no fue la única de las “pequeñas” que sorprendió con un gran desempeño. Contendientes que no parecían mucho más que carne de cañón lograron derrotar a varios de los grandes favoritos y los dejaron en las primeras rondas. Una de las que enamoró al público con su nivel de juego, disfrazándose de ese Leicester del 2016, fue “Faust”, que llegó hasta cuartos. En dieciseisavos hizo lo que muchos pensaban imposible y eliminó a “19-2000”, otra de las grandes favoritas. Lo hizo tomando una página del libro de “Tomorrow Comes Today”: menos es más. A diferencia de “On Melancholy Hill”, “19-2000” no pudo trascender más allá de su popularidad y quedó eliminada.

Algunos de los enfrentamientos más disputados ocurrieron en las rondas más tempranas. Por ejemplo, el duelo entre los versos de MF Doom en “November Has Come” contra la producción lo-fi de “Re-Hash” en octavos. Por muy poco “Re-Hash” derrotó a Doom, aunque “November Has Come” será siempre recordada como una de las mejores incorporaciones del hip hop en una de las canciones de Gorillaz, y eso incluye a De La Soul en “Feel Good Inc.” y a Del the Funky Homosapien en “Clint Eastwood”. Otro partido electrizante fue el duelo entre las hermanas de álbum, “Last Living Souls” y “O Green World”; la segunda canción de Demon Days contra la cuarta. Fue un duelo complicado, ya que ambas tenían argumentos para pasar a la siguiente ronda. Los pesadillescos sonidos industriales de “O Green World” junto con las guitarras distorsionadas, la voz de 2D, enterrada entre la estática y las súplicas de clemencia de las vocales que la acompañan, evocan el repugnante panorama postmoderno de un mundo azotado por la contaminación; repleto de fábricas, chimeneas humeantes y mares de petróleo. Hubiera hecho pedazos a cualquier otra contrincante, pero es que “Last Living Souls”, además de ser la telonera de uno de los discos más importantes del siglo XXI, tiene ese estilo experimental de las mejores canciones de Gorillaz en donde un universo de instrumentos y sonidos, que en cualquier otro contexto no deberían funcionar juntos, se unen sin esfuerzo. Pasa de unas percusiones que parecen sacadas del demo más básico de ProTools a un enojado riff de guitarra y un mar de sintetizadores con efectos distorsionados que se combinan a la perfección con la voz de Albarn. De repente una guitarra acústica. De repente violines. Un piano en el fondo. Y regresa de donde vino, pero ahora con más violines, más voces, más efectos, y termina con un bajo que sirve como entrada para la siguiente canción (“Kids With Guns”). Ambas son supremamente operísticas y construyen imágenes majestuosas y asquerosas. Por la mínima se la llevó “Last Living Souls”.

En cuanto a los equipos más jóvenes, hubo muy pocos que lograron salir de la fase de grupos. “Lake Zurich”, del disco más reciente The Now Now, llegó a dieciseisavos, pero perdió en la primera ronda contra “Empire Ants”. “Busted and Blue”, de Humanz, probablemente la única de ese disco que merecía pasar de la fase de grupos, además de “Andromeda” (la cual tuvo la mala suerte de estar en un grupo con “Hong Kong” y “Kids With Guns”), se quedó en la misma ronda. Canciones como “Bobby in Phoenix” y “Shy-Town”, ambas de The Fall, tuvieron la suerte que le faltó a “Andromeda” y lograron llegar a la fase de eliminación directa, si bien ambas fueron eliminadas en la primera ronda.

Al final, cada competidor hizo lo mejor que pudo y llegó hasta donde sus habilidades le permitieron llegar. Cada canción merece su lugar, en especial las cuatro semifinalistas. Dos de las canciones más famosas del grupo contra dos de las más ignoradas. La misma final fue un choque entre ese Gorillaz divertido que le llega a millones y ese Gorillaz más íntimo que te resuena únicamente a ti. Merecida final y merecida campeona.



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