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I'm in the business of misery, let's take it from the top: una retrospectiva de Riot!

Vamos a empezar desde la cima, de verdad. Paramore: 18 años de trayectoria, 5 álbumes (y a la expectativa del sexto). Riot!: su segundo álbum (ya con 15 años, de junio de 2007). Line-up: variable. En la época de Riot!: Hayley Williams (voz), Josh Farro (guitarra), Jeremy Davis (bajo) y Zac Farro (percusiones); en la actualidad: Hayley, Zac y Taylor York (guitarra) (aunque, todo sea dicho, Taylor los acompañaba como miembro de apoyo en las giras desde esta época). 11 pistas y 4 sencillos: “Misery Business”, “Hallelujah”, “crushcrushcrush” y “That’s What You Get”. Pero de nada sirven los datos y cifras por sí solos…

Lo que importa es que estás en tu cuarto a media tarde. Volviste de la escuela y no quieres comenzar la tarea porque tienes muchos sentimientos: el mundo está en tu contra, tu crush te miró hoy. Traes una playera negra de tu banda favorita, otra de colores abajo (de manga larga por supuesto), y un pantalón entubado de mezclilla. Es opcional el cinturón a rayas blancas y negras. Lo que no puede faltar es el flequillo de lado (con un poco de gel). Pones la música a todo volumen. Los walkman están desapareciendo. Lo de hoy es tener un iPod. Comienza a sonar un riff de guitarra y un golpe de batería conocidos; entra la voz de Hayley Williams y tus sentimientos salen como una bomba, se te desbordan…

Este es el concepto de Riot!. Esto es lo que importa. Esto es lo que estaba pasando en el 2007. Metroflog existía. MySpace estaba muriendo. Quizás Evanescence estaba a punto de tomarse una pausa, pero My Chemical Romance estaba triunfando con The Black Parade. Crepúsculo está a punto de salir y cambiar el rumbo de los vampiros en el cine. ¡Qué buena época para ser un adolescente descubriendo el mundo y sus emociones!

En este contexto emerge el segundo álbum de estudio de Paramore. Bienvenidxs a la época del flequillo, el corte degrafilado y los cabellos de colores. ¡Y cómo no! Si vamos a entrar a la era del headbang.


No era una fase, mamá

Han pasado 15 años y todo parece volver a esa época. Paramore está grabando un nuevo álbum. My Chemical Romance está de vuelta. Ambos vienen al Corona de este año. Yo sigo con cabello de colores.

Mamá, esto no es una fase: sigo siendo emo.

Pero Paramore nos lo advirtió desde el inicio en “For a Pessimist, I’m Pretty Optimistic” (la canción con la que abre el álbum): “You can’t run away, you wouldn’t”; claro que no podemos huir de nuestra naturaleza emo. Este álbum nos atrapa desde el inicio con el crescendo que explota al inicio de esta primera canción. Hablemos de reclamos, de ira, de amor, de tristeza. Pero no con tibieza, vamos a dejar que todo esto nos atraviese como una corriente eléctrica. Vamos a decirlo todo sin filtros.

Riot! es justo eso. Una explosión de emociones adolescentes. Es descubrir la ira que tenemos que soltar; la tristeza que nos causa crecer; el amor que podemos dar. Todo filtrado por esta ingenuidad joven que nos permite ser valientes y decirlo todo sin pensar.

Eso se refleja también en la estructura general de las canciones. Siguen un patrón de guitarra reconocible, tienen coros y puente. Son canciones pequeñas, de menos de 4 minutos, pero se desbordan de emociones. Aunque hay variedad entre ellas se nota la coherencia del álbum: la explosividad y los sonidos clásicos de la música rock-alternativa de los 2000. Sin embargo, tiene algo que nos engancha: ese estruendo musical también es emocional.

Las siguientes cuatro canciones del álbum fueron lanzadas como sencillos:

  • “That’s What You Get”

  • “Hallelujah”

  • “Misery Business”

  • “crushcrushcrush”

Comencemos por “That’s What You Get”, el último de éstos en estrenarse como sencillo pero la segunda canción dentro del tracklistdel disco. El video musical muestra a una pareja de fondo peleando y reconciliándose mientras Paramore canta y se divierte en una fiesta. Un vídeo que probablemente inspiró a muchas personas a querer hacer su propia banda y vivir ese sueño, yo entre ellas, aunque nunca lo logré. Pero sí me emocionaba mucho tener el mismo modelo Nokia de celular que aparecía en el vídeo. Y aunque en ese momento no podía teñirme el cabello, claro que me lo corté a la Hayley Williams.

“That’s What You Get” da paso a un tema recurrente en las letras de la discografía de Paramore: “why do we like to hurt so much?”. Este tema es un reclamo por haberse dejado sentir tanto. Es una mezcla de ira y de dolor. Un reclamo a ambas partes, a la otra por siempre echar la culpa y a una misma porque, ¿no es cuando nos dejamos ser más vulnerables que más nos pueden lastimar? Y entonces claro, está el otro lado de la moneda. Si dejaste a tu corazón ganar y por eso te lastimaron, ¿por qué no crear barreras?

Lo cual nos lleva a hacer una pequeña parada en otra de las canciones de este disco, “Fences”, que también habla de barreras pero de otro tipo. Con un tono bailable y socarrón nos introduce a un problema nuevo al que la banda se enfrenta: el escrutinio público, una clara consecuencia de su fama. Nos advierten de tener que aparentar ser felices frente a las cámaras, pero también de poner restricciones para poder seguir. Y es que Paramore también se ha caracterizado por tener canciones que abordan cuestiones respecto a su relación con la fama y popularidad.


El elefante en la sala: esto ya no me representa

“Hallelujah” fue el segundo sencillo del álbum. Aunque es un tema muy interesante y explora el rango vocal de Hayley, fue también una canción que propició los rumores y preguntas de si Paramore era una banda cristiana. En ese entonces la banda dijo que eran cristianos pero no necesariamente se reflejaba en su música. Tras la salida de los hermanos Farro (a finales del 2010), la banda se alejaría de estas declaraciones (claro que hay mucho chismesito detrás; si hasta Zac, al volver, ha dicho que las opiniones de su hermano no lo representan, pero eso da para otro artículo más).

Mientras tanto, podemos quedarnos con una frase de “Hallelujah”: “This time we’re not giving up, let’s make it last forever”. Porque este es el inicio del despegue y fama que tendrían y siempre es bueno recordar que hay que tomar ciertas decisiones para cumplir nuestros sueños (de a devis), aguantar y seguir, para hacerlos durar para siempre.

Pero si de verdad queremos hablar del elefante en esta sala, tenemos que mencionar “Misery Business”, la canción más popular del álbum, el sencillo que los catapultó al éxito, porque probablemente todxs vimos este vídeo al menos una vez. ¿Cómo olvidar el icónico look naranja de Hayley en un fondo a blanco y negro con “Riot!” estampado en todas partes, emulando la portada del disco? La canción salió en los Grammy y (todavía más importante) en Guitar Hero, el videojuego de moda.

Cualquiera podría pensar que deberían estar orgullosxs de este tema como banda, aunque la realidad es otra. Hayley, en su momento contó que esta era una de las canciones más honestas y directas que había escrito y se nota. Habla de quedarse con el novio de alguien (muy a la “Girlfriend” de Avril Lavigne también), pero sin remordimiento; al contrario, habla de lo bien que se siente. Y contiene esa infame frase para hablar de la otra chica (la pueden ver si buscan el vídeo).

Años después, Hayley se disculpó y comentó que esa frase ya no la representaba. Que en ese entonces estaba metida en un mundo de rivalidad femenina. Tras esto, comenzó a cambiar la letra de la canción en sus conciertos y presentaciones en vivo, hasta que dejaron de cantarla por completo. Si bien, es uno de los pilares de su éxito, también es una forma de volver al pasado y reconocer que las explosiones de emoción a veces son así, explosiones, e incluso desagradables. Pero se vale cambiar.


Y si hablamos de vampiros y criaturas de la noche…

Riot! fue la época en la que Paramore despegó y consiguió fama internacional. Estas son las canciones que marcaron su estilo como algo reconocible. Y yo agradezco mucho que Paramore haya aparecido en ese momento porque me sentí increíblemente feliz y representada al ver a una chica, pequeña, liderando una banda con tanta ira y decisión. Me dio la fuerza para sentir que tenía derecho a enojarme y reclamar lo que quería y que podía enfrentarme a todxs y todo, incluso a monstruos…

Eso nos lleva a algunas de las canciones que salieron de este álbum en la versión extendida. Comencemos por: “Decode”. Esta canción acompañó a Crepúsculo, esa película de vampiros y amor joven. ¡Y qué hay más emo que Edward sufriendo por no matar a Bella y haciéndose el pesado para no morderla durante cuatro películas! Definitivamente, esta película no sería lo mismo sin su banda sonora (chéquenla de verdad, porque Muse no está ahí de a gratis tampoco).

Y aunque ni esta canción ni “I Caught Myself” son parte de este disco, pero sí de la película, pertenecen a esta icónica era (“Decode” fue incluida en brand new eyes [2009] después). Y piénsenlo, si yo me hubiera encontrado una pelirroja cantándome en medio del bosque también le hubiera entregado mi sangre (quizás un buen plot twist para Crepúsculo).


Siempre puedes volver y revisitar el pasado

El último single “crushcrushcrush” me acompañó en mis primeras experiencias con crushes (y continúa haciéndolo hoy en día). ¿Y cómo olvidar esa primera descarga eléctrica cuando alguien te gusta pero no sabes ni cómo decirle? ¿O la pena que te da hacerlo? La indecisión de ambas partes. Y también (¿por qué no decirlo?) la descarga eléctrica cuando es correspondido, cuando besas a alguien sin esperarlo y el mundo vuelve a tener sentido.

Crush, crush, crush, crush, crush, (Two, three, four!)

He re significado esta canción muchas veces porque siento que tiene que ver más conmigo y cómo me relaciono cuando alguien me gusta que con mis crushes.

Nothing compares to a quiet evening alone

Sigo siendo la misma persona que ama pasar tardes (noches, la madrugada entera) a solas con quienes me gustan. Aunque sea algo pequeño. Aunque a los 16 sólo estuviéramos caminando hacia la cafetería de la escuela. Aunque a los 23 sólo estuviéramos cocinando algo en mi departamento a media noche. Así es la intimidad para mí.

Just the one, two of us, who's counting on?

Pareciera que el enemigo es no poder estar solxs en este mundo lleno de gente, que nos ve, nos juzga, nos sigue. Pero a veces, el verdadero enemigo es la indecisión.

That never happens, I guess I'm dreaming again

Las mil ensoñaciones de cómo decirle por primera vez a alguien “hola, me gustas” en cada pequeña oportunidad que hay. Y no hacerlo. De seguir preguntándote cómo hacerlo muchos años después. Porque soy igual de rara socialmente (o más quizás), sólo que he crecido.

Let's be more than this, now…

Y le agradezco a las personas que me sacan de mi pena e introversión y han tomado el primer paso. A esas personas que no se quedaron en crushes nada más. Gracias por lanzarse a ese vacío de emociones conmigo. ¡Y vaya…!

Ese momento en que te avientas… silencio… redoble de tambores para el puente…

Rock and roll, hey! Don't you know, baby, we're all alone now? Give me something to sing about.

Y sí, cantas acerca de esto cuando vuelves a tu casa. Cantas y bailas en tu cuarto porque la vida es buena en medio del caos.

Salí del clóset muy tarde (en comparación con otras personas; igual esto siempre es algo continuo) y comencé a experimentar relaciones de nuevas maneras a mis veinte. Es como comenzar de nuevo, vivir una segunda adolescencia. Increíblemente, me vi volviendo a este álbum. A sentirme como una adolescente confundida. I GUESS I’M DREAMING AGAIN, PERO, ¿ESTAMOS SIENDO AMIGAS OR SOMETHING MORE THAN THIS, NOW?

Y qué importante fue para mí regresar y darme cuenta de que, a pesar de todo, no volví de la misma manera. Eran emociones similares, una intensidad inmensa, pero yo era otra. Ya soy capaz de afrontar mis sentimientos de nuevas maneras (vemos dijo el ciego); de explorarlos desde otros ángulos. Pero no he perdido mi capacidad de emocionarme y de sentir (y qué alegría por esto).

Si hablamos de revisitar el pasado, no podemos olvidar “Let the Flames Begin”. Esta canción viene después de “When It Rains”. Creo que no está de más hablar del contraste entre los elementos de agua y fuego. La última canción habla acerca del suicidio de uno de los amigos de Hayley y sus sentimientos tras su partida. Un tema denso y pesado como la lluvia misma. La segunda canción es un reclamo ante la fragilidad: “What a shame we all became, such fragile, broken things, a memory remains, just a tiny spark” (conserven esto en su memoria porque volveremos aquí).

Este nuevo reclamo, al contrario de los anteriores, tiene un dejo de esperanza. Esa pequeña chispa que se mantiene y que no hay que dejar morir, que nos hace bailar incluso en los momentos más oscuros y seguir adelante. Es buscar, como dicen, ese lugar en el que nuestras debilidades sean nuestra fuerza.

Esto lo retomará Paramore después en “Part II” (de su álbum epónimo del 2013). La frase aquí cambia: “What a shame we all remain such fragile broken things […] where once was blazing light, now there’s a tiny spark”. Y la primera vez que escuchas esta nueva canción, reconoces el tema de la guitarra, las primeras palabras, pero hay un cambio. La esperanza sigue ahí. Ha habido más golpes (“scars left on my heart formed patterns in my mind”), pero siempre puedes seguir: “so if you let me, I will catch fire, to let your glory and mercy shine”.

Esta es la evolución que ha tenido Paramore, que sigue pasando todavía. Y como Hayley Williams dijo en vivo alguna vez: “I hate to break it to you, but happiness should never be the goal. Maybe hope, but happiness shouldn't. [...] Don't let being sad or being upset about something take your hope away from you. Ever”. Los desastres siguen ahí. Nuestro dolor y emociones también. Pero podemos mantener esa chispa con vida.

Si bien muchas de las letras del álbum pueden llegar a parecer un poco inmaduras (denles un respiro, eran adolescentes), también se sienten refrescantes. Este disco está lleno de los sentimientos en un estado visceral y puro. Es el desborde del momento. No siempre lindo, muchas veces egoísta, algunas otras muy centrado en unx mismx. Pero así es como sentimos, es lo que le da honestidad. Aceptar que no todo lo que sentimos y pensamos es agradable. Al contrario. Pero hay que hablar de eso también, porque para poder cambiar nuestros sentimientos y emociones, primero hay que reconocerlos.

Riot! dura apenas 39 minutos, pero su efecto dura toda una vida. Está lleno de emociones: a veces conectadas, otras no tanto. Pero sentimos en desorden. Así pensamos. Así escribo (como se nota). Y este es ese disco que nos recuerda a nuestro pasado y, a veces, nos puede dar cringe (o dejar de representarnos), pero que revisitamos porque hemos cambiado, aunque en el fondo sigamos siendo lxs mismxs emos pero ahora bailemos más y usemos más colores. Porque definitivamente, a estas alturas, no era (para nada) una fase. Si no me creen pueden ver esta versión de crushcrushcrush.

Al final, el tiempo pasa pero algo en nosotrxs permanece. Ya no estamos en la escuela; ahora trabajamos. Ahora estamos más deprimidxs. Seguimos odiando al sistema. Pero en el fondo seguimos siendo esxs adolescentes que cantaban a todo pulmón. Tenemos más ira. Tenemos más tristeza. Tenemos más de todo (hasta deudas). Pero también hemos cambiado. Cambiar no significa abandonar; nos da una oportunidad de revisitar nuestro pasado. ¿Qué sería de nosotrxs sin estos viejos lugares seguros? Sin tener oportunidad de ver de dónde venimos y hacia dónde vamos. Preguntarnos qué es lo que se mantiene y qué podemos dejar ir. Después de todo, puede que WE [ALL] ARE [STILL] BROKEN, pero “WE WERE BORN FOR THIS” [*headbangs and drops mic*].




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