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Revista Cluster en el Vive Latino 22

Actualizado: 1 jul 2022

En la conferencia de prensa del sábado, Los Cogelones mencionaron la importancia de reencontrarse con las raíces olvidadas. Raíces que, por supuesto, remiten a una sabiduría prehispánica en cuyas enseñanzas reside gran parte de nuestra identidad, de nuestra mexicanidad. Sin embargo, también refieren a una conexión que, más allá de las localidades, se extiende a la condición humana; es decir, la necesidad de pertenecer a una comunidad en cuyo arraigo podamos encontrar un paliativo a la soledad fundamental.

La última edición del Vive Latino fue muchos festivales (una fiesta nostálgica, un jolgorio catártico, una cita abrumadora), pero fue, sobre todo, el reencuentro cegador con las raíces olvidadas. Todas las presentaciones fueron, cada una a su manera, una ceremonia de sanación en la que intérpretes y público consagraron el cuerpo y el alma a las vicisitudes del sonido. En las explanadas multiplicadas no faltaron los gritos, los bailes, las miradas incrédulas; y nosotrxs, frente al éxtasis de la congregación, no pudimos resistir la tentación. Entre lo rápido que ha pasado todo desde entonces y lo impactadxs que quedamos después del evento, seguimos procesándolo y hablando de él. Entre Er, Ricardo, Mariana, Bruno (redactorxs) y Dan (fotógrafo) contestamos algunas preguntas comunes con el fin revivir lo que representó este festival para Revista Cluster:


- ¿Qué esperaban y cómo fue en realidad?


Er: Siendo mi primera edición del festival, debo confesar que tenía al Vive en alto, como un monolito de la música en vivo del país pero al que nunca quise ir realmente por gustos que, según yo, no eran compatibles con el festival que aparenta repetir los mismos actos año tras año. Aun así, asistir fue una experiencia inolvidable, pude entender ese legado tan hablado por todxs.

Me impresionó la cantidad de asistentes, más apenas estando en la salida de la pandemia; en algún punto sentí que era algo abrumador. Ningún Ceremonia o Corona Capital ha estado o estará al nivel de un Vive y quizá para mí sea más práctico ir a un festival de menor magnitud pero ahora entiendo porqué le gusta a la gente y creo que el amor que se le tiene como evento cultural está bien merecido e incluso se contagia estando allí.


Dan: ¿Qué esperaba y qué recibí? El Vive Latino se ha caracterizado siempre por ser un festival super querido en la CDMX y en todo México desde hace muchos años, llenando el festival de señores "Tú qué vas a saber de rock" como me tocó en 2019. Esperaba lo peor de las personas, pero se creó un ambiente increíble entre todos a excepción de un borrachito que se coló enfrente de mí y me arruinó el haberme formado una hora antes para Julieta Venegas.


Ricardo: Era la primera vez que iba a un Vive Latino, por lo que realmente no sabía bien qué esperar. Imaginaba que, por la pandemia, habría un poco de miedo entre lxs asistentes y esto no permitiría que se entregaran completamente. Estaba equivocado. La gente, aun con cubrebocas, disfrutó y vivió el festival como si no hubiera mañana. Y yo también. Si algo no faltó fue energía, pasión y amor por la música.


Mariana: Al ser el primer festival al que asistía en mi vida, y también el primer concierto masivo después de la pandemia, había muchas expectativas. Probablemente el más importante era el miedo que tenía a la cantidad de gente que habría, ya que yo nunca he sido fan de las multitudes, y mucho menos en estos momentos; sin embargo, aunque sí tuvimos que movernos, codearnos y convivir con personas desconocidas muy de cerca, no me generó un malestar importante, probablemente porque estaba más emocionada por lo que estaba viviendo después de tanto tiempo. Ayudó bastante el hecho de haber tenido los pases especiales, ya que teníamos nuestros caminos ~secretos~ y podíamos evitar a la gente la mayoría del tiempo. Con respecto a esto mismo, la verdad no tenía muy claro qué pasaría por tenerlos y no sabía lo que implicaría, pero al final fue una gran experiencia —¡la primera de varias, espero!— y se aprovechó lo que se pudo.


Bruno: A decir verdad, no sabía lo que me aguardaba; hace más de tres años no asistía a un evento masivo y había olvidado la sensación de la multitud, el extraño vértigo que uno percibe al encontrarse frente al escenario. La última edición del Vive Latino fue lo que intuí al acercarme al foro: una purga de pasiones, un homenaje al poder de la música.





- Show favorito


Er: Mi set favorito del festival fue el de C. Tangana. Pareciera que el tour "Sin Cantar, Ni Afinar" fuese más un espectáculo que cualquier otra cosa —bien planeado y coreografiado— sin embargo, que Antón se acompañara de tal calidad de músicos enriqueció la noche consiguiendo un maravilloso balance entre un espectáculo y un concierto. El ambiente estuvo muy activo siempre, quizá porque Antón sabe manejar a su audiencia. Fue realmente mágico sentir ese nivel de sintonía con todxs. Aquello transmitido por el performance de una "tertulia" en el escenario, nunca se perdió. Se sintió tan completo que fue como un concierto en solitario a pesar de estar inmerso en el festival y eso poca gente lo ha logrado.

Como nota a pie, por los accesos que tuvimos, ver el Foro Sol del lado del escenario en todo su esplendor fue magnífico e impensable para mi ser amante de la música en vivo, pero eso quizá me lo quedo yo como un logro personal que no sabía que tenía.


Dan: Show fav, Hay una batalla a muerte entre The Marias y Julieta Venegas :’(








Ricardo: Pixies eran a quienes yo esperaba con mayor anticipación desde días antes y aunque no me decepcionaron (y todavía no me creo que estuve a metros de ellxs), debo confesar que C. Tangana excedió mis expectativas; me deleitó y me hizo disfrutar cada segundo de ese espectáculo. Me parece que alcanzó el punto perfecto entre música y espectáculo que simplemente te obliga a bailar. Para mí, tiene que estar entre las mejores actuaciones de esta edición del festival.


Mariana: Julieta Venegas, y no tengo mucho más que decir. Literalmente reviví mi infancia, me empoderé, y habría pagado lo que fuera por verla <3







Bruno: Ver la presentación de Gary Clark Jr. me había generado mucha ilusión desde que se anunció el line-up del festival; fan del blues-rock desde pequeño, nunca había tenido la oportunidad de experimentarlo en concierto, y el de Gary Clark fue todo lo que había esperado: energía a tope, licks deliciosos, feeling desbordante. 30 minutos antes de la hora de inicio, yo ya estaba en la primera fila frente al escenario para vivirlo como se debía; por supuesto, me dejé la voz coreando las canciones. Al final, una de las plumillas que lanzó Gary hacia el público me golpeó en la mejilla derecha; no pude encontrarla en el suelo, pero no por ello fue menos memorable.


- Momento favorito del Vive

Er: Tuve dos momentos favoritos: el primero, aunque un tanto performático en retrospectiva, fue cuando Lido Pimienta criticó al festival por únicamente tener a nueve actos liderados por mujeres en dos días. Me pareció una crítica razonable pensando que el Vive tiene más de 20 años en existencia y sigue siendo un espacio de poca diversidad, no sólo de género, por más que se pinte bajo el discurso de ser la unión de todos los tipos de música y sobre todo, el punto de encuentro entre toda América Latina.

El segundo fue más sutil e íntimo: antes del set de Love of Lesbian, la chica de una pareja junto a nosotrxs le preguntó a su acompañante si creía que tocarían "la canción", sin decir explícitamente su nombre a lo que su acompañarte respondió con risas y un lindo abrazo. Luego, durante "1999", con cada palabra de la letra, la chica estaba hecha cada vez más un mar de lagrimas incontrolables. Supe claramente cuál era "la canción", y me volví consciente del valor que tiene la música para cada une de nosotrxs, sin importar las historias detrás, que siempre serán diferentes. Me fue emotivo verle llorar con tanta pasión; me hizo soltar unas lágrimas a mí también. Y aunque tuve que abrazarme sólitx, el significado de la canción me cambió para siempre.


Dan: Mi momento favorito en el Vive Latino 2022 fue Ambar Lucid. Sinceramente no la conocía, estaba pasando por ahí cuando decidí darle una oportunidad para escucharla, llegué justo en una de las canciones más conocidas porque todos la estaban coreando y bailando. La voz pude notar que era dulce y majestuosa, la canción era sumamente enérgica y melancólica; terminó la canción con unas notas altas que nos llenaron a todos de emoción y sinceramente al igual que a muchos e incluso a la misma Ambar nos arrebató una lágrima.


Ricardo: Mi momento favorito fue cuando Lido Pimienta, con su estilo irreverente y sarcástico, celebró el “honor” de ser una de tan solo nueve mujeres en el festival, entre tantos artistas hombres. A eso le siguió una exquisita interpretación de “Nada” junto a la Bruja de Texcoco que, sin lugar a duda, prendió a la gente y dejó la mesa servida para cerrar con “Eso que tú haces”. La energía de la colombiana es contagiosa y casi puedo estar seguro de que fue una de las presentaciones tempranas con más gente, con justa razón.

Mención honorífica para Ramona y su versión de “La gata bajo la lluvia”.


Mariana: Sin lugar a dudas, mi momento favorito fue durante el concierto de Julieta Venegas, cuando cantó la canción de “Mujeres”, y el ambiente del público y la música y todo cambió por completo. A excepción de algún hombre que claramente no estaba percibiendo el momento, toda la gente guardó silencio; muchas incluso levantaron el puño y alcancé a ver uno que otro pañuelo verde. En un principio quise grabar, pero me empezó a temblar todo el cuerpo y terminé llorando como hacía mucho no lo hacía (experiencia poco grata si estás usando cubrebocas). Después de esto, tengo que aceptar que me hizo corto circuito el hecho de que el show siguiera como si nada con canciones alegres, y me tomó unos minutos recuperar el ritmo; lo que me quedó clarísimo fue que esta mujer tiene toda la experiencia y sabe manejar al público.




Bruno: Mi momento favorito del festival tuvo lugar durante el concierto de Los Auténticos Decadentes: cuatro personajes abrieron al público con un ademán y organizaron un pequeño slam a mi lado. A los pocos segundos, decenas de personas se empujaban al ritmo del ska; yo le encargué mis lentes al amigo más cercano y me uní al baile, más o menos ritual, que propició una de las pocas situaciones en las que los golpes no son del todo indeseables. Terminé bañado en cerveza tibia y con un par de moretones en las costillas, pero profundamente alegre y conmovido.


- Momento menos favorito del Vive

Er: Lo que menos me gustó fue que Residente iniciara directamente su presentación con su diss a J Balvin, me pareció sumamente pretencioso y soso. Si bien tenía que hacerlo (por aquello del hype) siento que es una forma engreída de pararte frente a un público y más pidiéndoles que se unan a cantar en contra del otro bufón en la situación. Si ya tan sólo la situación se me hace puro rollo mediático, hacerla espectáculo me pareció peor y más porque creo que René no tiene los argumentos justos, o el buen uso de sus recursos retóricos, para criticar a Balvin.


Dan: Mi momento menos favorito fue que por perderme y el estar buscando el escenario correcto, llegué sólo a las últimas dos canciones de Los Blenders, me la pasé increíble pero no fue suficiente.


Ricardo: En general, mi experiencia fue muy positiva y no tengo un momento menos favorito realmente. Si tuviera que elegir algo que no me gustó, quizás sería la energía un tanto agresiva del público durante la presentación de Pixies.


Bruno: En este caso, mi momento menos favorito del festival es, a la vez, uno de sus principales atractivos: me encantó disfrutar del concierto de Los Auténticos, pero me frustró tener que sacrificar el de Santa Fe Klan; las opciones son tantas y tan buenas que no es posible ver a un artista sin dejar de ver a otro igual de importante. Desde luego, estos sacrificios son dolorosos, pero encontrarnos frente a estas disyuntivas insolubles cada hora muestra una verdadera multiplicación del talento.


- ¿Cómo resumirían la experiencia en tres palabras?


Er: Masiva, efusiva y consagrada.
Dan: AMO LA MÚSICA
Ricardo: el Vive (re)vive
Mariana: emocionante, renovador, abrumador
Bruno: Odisea, comunión, frenesí

Finalmente, aprovechamos para hacer algunos agradecimientos para la gente que hizo de la experiencia un recuerdo invaluable:

  • Al hombre descamisado de mohicano rosa que, a pesar de la autenticidad de su decadencia, bailó desde que sonó la primera nota hasta que los músicos abandonaron el escenario

  • Al fan que llevó su vinilo y su plumón indeleble en busca del autógrafo, y que no paró de gritar declaraciones de amor (algunas más indecentes que otras) en las pausas entre canciones

  • Al hincha musical que ondeaba la camiseta del Boca en signo de argentinidad, de cumbia y de ska

  • A quienes lloraron en el concierto de las mujeres (infra-representadas) llenas de sentimiento

  • A quienes aguantaron la sed, el cansancio y el hambre para no perderse las presentaciones de sus artistas favoritos

  • A quienes aguantaron

  • A quienes lucharon por abrirse espacio entre la multitud para ver más de cerca al ídolo

  • A quienes lucharon

  • A quienes fueron a dejarse la voz

  • A quienes fueron

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