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Explicado con peras y manzanas: la brecha de género en orquestas profesionales de México

Actualizado: 5 feb

Espero estar en lo correcto al empezar este brevísimo análisis suponiendo que todos aquí sabemos que en las orquestas (y muchos otros oficios) a lo ancho de todo el país (y del mundo) se puede observar una diferencia notoria entre el número de hombres y el de mujeres. Cuando vamos a conciertos de orquestas, es usual notar que ciertas secciones de instrumentos están conformadas, en su mayoría o en su totalidad, por hombres. No es el mismo caso a la inversa.

Sin embargo, nunca puedo encontrar datos estadísticos que corroboren estos hechos basados puramente en pruebas cualitativas. Con la ayuda de la recientemente fundada Colectiva Tsunami, pude recopilar algunos de estos datos. A continuación, me dispongo a mostrarles las estadísticas para que no quede la menor duda de mis afirmaciones.

Honestamente, creo que podría dejar esta tabla y no decir nada más: los números son suficientemente claros. No obstante, creo que éstos todavía se pueden desglosar, comparar y poner en unas lindas gráficas, y a partir de éstas incluso conjeturar algunas cosas. Antes de continuar, me gustaría aclarar que, como se observa en la tabla, los datos mostrados pertenecen solamente a 13 orquestas y 10 estados de todo el país, por lo que podría decirse que los números pueden ser todavía más precisos conforme se recopile más información. Por ahora nos quedamos con este muestreo aleatorio.

Me gustaría empezar con dos gráficos que muestran el promedio de mujeres en total y mujeres principales en comparación con el de hombres:

Como se puede observar, en el total de integrantes en orquestas del país, el número de integrantes mujeres apenas si rebasa el 0.25 del total (27.74%), y en el promedio de principales ni siquiera llega a eso (poco menos de ¼ en comparación con los hombres).

Ahora bien, esto se pone todavía más interesante cuando observamos qué porcentajes de estos totales pertenecen a qué instrumentos, ya que aquí también hay una tendencia muy evidente:

Entre los músicos es bien sabido que —como se ve claramente en la gráfica anterior— en las secciones de alientos-metales, contrabajos y percusiones, es donde suele haber el menor número de integrantes mujeres, mientras que el arpa (el único caso en el que el número de mujeres rebasa la mitad) y la flauta, muestran una tendencia contraria. Sin embargo, en ninguna de las otras secciones hay mayoría de mujeres (exceptuando, de nuevo, el arpa), y casi ninguna se acerca siquiera a conformar la mitad. En cuanto a los datos que, al menos personalmente, me llamaron la atención, los fagotes y los cornos resultaron tener muchas más integrantes mujeres de las que esperaba. También ¿ni una sola tubista, trompetista o trombonista en 13 orquestas?

Finalmente, por la parte cuantitativa me gustaría acabar comparando estos resultados a nivel “mundial”; esto fue posible gracias a un estudio que se llevó a cabo en el 2019 sobre 40 orquestas en Estados Unidos, Inglaterra y Europa:




Para posibles futuras investigaciones, quedarían pendientes el resto de los países —aunque también se darán cuenta de que estos gráficos, que ya se extienden a otros países, culturas y situaciones sociales, presentan generalmente una serie de tendencias bastante claras, por lo que probablemente encontraríamos lo mismo en el resto del mundo occidental “académico”—. Además, aquí nos estamos centrando solamente en orquestas profesionales, pero faltaría observar qué pasa en las bandas sinfónicas (formadas casi en su totalidad por instrumentos de aliento), así como orquestas juveniles o amateur, o bien, en otros géneros musicales (porque, ojo aquí, el fenómeno no se da sólo en la música académica).

Tras observar todos estos resultados, me atrevo a conjeturar sobre las posibles correlaciones que podrían existir alrededor de los resultados. Primeramente, valdría la pena revisar los porcentajes de deserciones de las mujeres tanto al pasar de la universidad al ámbito profesional como ya estando en la orquesta; esto, debido a que los ambientes laborales en esos medios suelen ser pesados, y más todavía para las mujeres. Además, habría que pensar en los casos bastante repetidos en mujeres que, debido a situaciones familiares, se ven obligadas a abandonar sus carreras profesionales.

Si bien la mayoría de las audiciones para orquestas profesionales son en la actualidad a ciegas (es decir, con una cortina y los músicos deben usar zapatos con suela de goma), estoy segura de que hay una desproporción desde el número de hombres en comparación con el de mujeres que las presentan. En cuanto a las brechas de género tan grandes en cada familia de instrumentos, me atrevería a decir que, en parte, éstos están ligados a estereotipos de género que han surgido por “tradición”. Además, por supuesto, habría que tomar en cuenta que históricamente las mujeres han tenido una aceptación más reciente en esta carrera. Aunque la confirmación de estas hipótesis pudieron haber sido respaldadas por una investigación más exhaustiva, realmente resulta muy difícil encontrar información al respecto, y hasta aquí llegan las posibilidades del análisis. No obstante, una cosa es segura: nada de esto es coincidencia *suena el tema The X-Files*.


Fuentes consultadas:

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